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“Se encuentran las que son más abiertas, otras cerradas, unas de botones largos y cortos, existe mucha variedad. Hay una diversidad de rosas para el gusto de cada consumidor”, señala.
Indica que “hay varios colores de rosas naturales, incluso las que tienen tinte, que se encuentran en tonos según pida la imaginación, incluso el negro”.
Refiere que “las rosas florecen todo el año, influyen el frío y la luz solar, sobre todo en Ecuador y Colombia, que son los principales productores”.
“Una vez plantada en suelo directo, requiere abono, fertilización, control de plagas y riego adecuado. Recuerde que la temperatura influye mucho en la producción”, resalta.
Afirma que “las épocas de más demanda de rosas son en el Día de los Enamorados o San Valentín y en el Día de la Madre. Si las rosas se encuentran en floreros hay que protegerlas de la luz directa, temperatura extrema; es aconsejable cambiar el agua cada día. Se disfruta de su belleza en un florero transparente y la flor lo agradece”.
El corte de las rosas que se comercializan –comenta la especialista– se realiza periódicamente, se juntan en redes, se clasifican por largo del tallo y luego se empaquetan en un ambiente limpio y estéril. Posteriormente se almacenan en cuartos fríos”.
Indica además que “en la elaboración de arreglos florales se usan las rosas frescas y luego las ubican en floreros de vidrio de diferentes formas, solo en agua. Una ornamentación más elaborada prepara el florista según diseños elegidos”.
Los bouquets de rosas son los favoritos para regalar con moños de seda, rafia o arpillera.
Las rosas se cultivan en lugares soleados del jardín; agrúpelas por color para que luzcan más.
Les atacan plagas como pulgones y cochinillas que se combaten con insecticidas.