Respeto y cuidados para nuestros árboles

Observar los árboles cuando están florecidos o filtran la luz entre sus hojas es un regalo hermoso que debemos proteger y mantener. Respetar los árboles, cuidarlos y sanitarlos permitirá disfrutar de una agradable sensación climática, porque ellos aíslan los espacios y producen aire limpio.

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“Los más utilizados en patios y veredas entre las especies nativas son manduvirã, lapacho, kurupa’y, guajayvi morotî, yvyra pepê, inga, yva jai y otros. Entre las exóticas, las acacias, liquidambar, eucalyptus toreliana, villetana y otras”, según afirma el ingeniero forestal Martín Quinteros.

Entre los efectos positivos de la poda, el profesional explica que la madera evita los nudos (esos círculos que se suelen observar junto a las vetas), mientras que lo ornamental consiste en permitir el tránsito de personas, animales y vehículos. Otro motivo de la poda es “ordenar o balancear” las ramas de modo que se centralice el peso de las ramas sobre el centro de gravedad del tronco, sin dañar la arquitectura o forma natural de la especie.

“La estética del árbol y el peligro de caída se toman en cuenta al eliminar ramas, para aliviar la copa y reducir el peso sobre el tronco y, en consecuencia, hay menos riesgos de caída por efectos del viento”.

La técnica adecuada o correcta para la poda de árboles depende de varios factores. “Por ejemplo, las especies de crecimiento rápido tienen la posibilidad de cicatrizar la herida y exponerla menos tiempo a agentes dañinos. Tanto el árbol como las ramas jóvenes a podar, siempre tendrán respuestas favorables”, dice el experto.

La poda se realiza todo el año, afirma el ingeniero, con algunas observaciones. “No hay que realizarlo en el inicio del periodo de reposo vegetativo, que en nuestro país es entre los meses de mayo a junio, por el mayor tiempo de exposición de la herida a la infección por organismos patógenos”, aconseja. “También los periodos de pleno crecimiento exigen mayor cuidado en el trabajo de poda por la facilidad de desgarre de la corteza. En contraposición, ocurre una rápida cicatrización en este periodo”.

Para tener un bello árbol, es bueno “podarlo precozmente y en forma periódica, lo que implica cortar ramas finas y livianas con herramientas adecuadas: serruchos, tijeras de podar, podadoras mecánicas, ganchos especiales para ramas secas y otros. Se debe practicar un corte liso, no cortar el tejido abultado (rodete de cicatrización), y en la poda de ramas gruesas, realizar corte en secuencias, para alivianar el peso se la rama, comenzando de la parte exterior hacia el tronco o rama principal y, finalmente, eliminar la rama”.

Expresa que “se evitarán los cortes horizontales que expongan al tronco como superficie de acumulación de agua y otros materiales, la infección por insectos y microorganismos con posterior pudrición”.

La poda muy intensa, es decir, “la eliminación de una gran porción de ramas, puede llevar a la muerte o, en el mejor de los casos, a una drástica reducción del crecimiento del árbol, porque así eliminamos su motor de síntesis que son las hojas”, finaliza.

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