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La profesional dice que el crisantemo es una de las plantas ornamentales de mayor importancia económica a escala mundial, por su empleo como flor de corte. Pero, además, puede ser plantada en macetas y en el suelo de los jardines. Es una planta muy apreciada por la diversidad de colores, tamaños y formas florales. Se trata de plantas por lo general perennes, con hojas de bordes ondulados y casi siempre algo aromáticas.
“Pequeños y medianos productores, que se encuentran en Itá y Cabañas, principalmente, cuentan con tecnologías para su producción en invierno, ya que es una planta de fotoperiodo corto, lo que significa que florece en invierno. En el verano su producción es limitada debido a las altas temperaturas y días largos, que inducen al crecimiento vegetativo porque son plantas que florecen en días cortos”, acota.
Según refiere, “es comercializada casi todo el año como flor de corte y como planta ornamental en maceta”.
La propagación convencional, señala la ingeniera, “es por esquejes extraídos de las plantas llamadas madres; estas son mantenidas bajo condiciones de días largos para inhibir la formación de botones florales. Se extraen brotes terminales sanos, con buen desarrollo. Estos brotes o mudas deben tener como mínimo tres a cuatro yemas”.
Sus exigencias
Los crisantemos “no toleran temperaturas por debajo de 0 grados, y durante su cultivo no debe bajar a 8 o 10 grados. La humedad relativa óptima se encuentra entre el 60 y el 70%”, subraya.
Agrega que debe ser plantada a pleno sol. “En cuanto al riego, este se realiza una o dos veces al día, y en caso necesario, repetir. El sustrato o suelo se mantendrá bien húmedo, evitando el encharcamiento y la sequedad excesiva del suelo, ya que podría afectar el crecimiento. Durante el verano, será con más frecuencia, y en invierno, según requerimiento. Conviene plantarlos en suelos francos y rico en materia orgánica humificada”.