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Las plantas de estación se cultivan en esta época a partir de semillas, explica Roberto Pérez, de Jardín El Rocío.
“Con una máquina se trituran las ramas que se podaron, una a una, y luego se las deja reposar en un sector para formar el abono”.
Otra labor es la que realiza la sembradora, que a través de unas agujas aspira las semillas y luego coloca en bandejas preparadas con arena ya abonada. “La máquina sembradora americana prepara el almácigo, una bandeja en la que caben 1000 semillas, separadas a una distancia de dos centímetros”.
Estas bandejas se trasladan a una cámara de germinación y luego de cuatro días de sembradas algunas plantitas ya se asoman por encima de la superficie de la tierra. “El tiempo varía según la semilla en una cámara que mantiene la humedad y la luz encendida 24 horas los siete días de la semana. Las bandejas son destapadas cuando empiezan a germinar las plantas. Todos los días se riegan, y algunas necesitan más calor, otras más oscuridad”, dice Roberto.
Cuando la planta sale ya está lista para ser transplantada, señala el experto que nos muestra dos tipos de bandejas, una calada de plástico y otra de isopor.
Al tener dos a tres semanas, algunas especies ya son transplantadas. “Los plantines de cloxinias, botón de oro, impatiens o alegría del hogar, cosmos sonata, yerberas están en una parte del vivero, debajo de un techo doble, compuesto de un filtro para agua y una malla de sombra. Estas plantas son regadas con agua de pozo, sobre todo para algunas semillas delicadas”.
Las bolsas
Las bolsitas del vivero se cargan con arena gorda y el abono o mantillo bien molido, procesado y estacionado. Se hacen los orificios con una herramienta y ahí va por fin la planta, lista para dar flores.