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Se siembran en macetas o directamente en el suelo, cuidamos los recursos naturales al producir aromáticas orgánicas, sin pesticidas ni químicos. Es decir, fertilizando los suelos con materia orgánica, humus de lombriz por ejemplo para lograr que el sustrato esté bastante húmedo pero sin encharcamiento”, asegura la experta.
Agrega que “necesitan por lo menos seis horas de sol y cortes frecuentes, para que los tallos no se alarguen y tengan muchas hojas. Los cultivos se clasifican en semiperennes de más o menos dos años de duración y los perennes, entre 7 y 9 años, con cortes cada dos meses aproximadamente”.
María subraya que “el romero, el orégano, el tomillo, también la lavanda, entre otras son consideradas plantas más rústicas, ya que soportan un poco más el frío y el calor, y requieren menos riegos. Otras como la menta, la hierbabuena o la albahaca son más delicadas y exigentes en cuanto al agua, por poseer hojas más grandes pierden mayor cantidad y se marchitan fácilmente. No resisten bajas temperaturas, pero sí necesitan sol, por lo menos seis horas al día”.
“Cuando surgen las pequeñas plantas, 45 días después de sembrar las semillas, y al salir varias hojas ya están mas fuertes. Es momento en que el perejil, albahaca y kuratû, por ejemplo, se trasladan a su lugar definitivo”, finaliza.