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La ingeniera agrónoma Mirta Montiel afirma que las plantas aromáticas conforman la cadena de producción y comercialización directamente de los productores, comercializadores mayoristas y minoristas y, finalmente, los consumidores directos e indirectos, que incluyen a su vez a los restaurantes, catering, hoteles y escuelas de cocina. En nuestro país contamos con especies producidas, como cebollita de hoja, romero, tomillo, menta, orégano, salvia y cilantro.
“Actualmente se opta por contar con pequeños jardines aromáticos en los hogares, debido a los problemas que presentan los extraídos de las plantas y que se comercializan por deshidratación, ya sea rotura de hojas, hojas manchadas y picadas, que se deben principalmente a la elevada temperatura poscosecha y al empaque inadecuado”, agrega.
Por otro lado, es importante mencionar que “el mercado internacional ha experimentado un cambio respecto a las plantas medicinales y aromáticas en los últimos años, producto de la reconversión de agricultores de este rubro a otros cultivos, incluyendo cultivos tradicionales que hoy se han visto con precios elevados. El desplazamiento de la actividad ha hecho que los precios de las materias primas tiendan a subir”.
La profesional añade que estos cambios recientes en el mercado representan una oportunidad para nuestro país, pero se debe avanzar en la implementación de buenas prácticas de recolección y elaboración de normativas que permitan ingresar a los exigentes mercados.