Para una persona que no conoce, un insecto, un hongo o hasta un ratón puede ser identificado como un “bicho” o simplemente “virus”. Imagínese llamar por teléfono al médico y “tratar” de transmitir los síntomas de alguna enfermedad y que el médico le indique la receta adecuada. Lógicamente, le pedirá que realice una consulta para poder identificar los síntomas por la vista, tacto, morfología y eventualmente se realizará un análisis para dar certeza de la enfermedad para indicar el medicamento específico.

Pues es exactamente igual con las plantas. Se debe recurrir a los ingenieros agrónomos, con una muestra del problema, ya que cada plaga actúa de manera distinta, produciendo daños similares, pero cada una en forma diferente. Por ejemplo, algunas plagas “secan” las hojas que, dependiendo de la plaga, será de arriba para abajo, de abajo para arriba, de adentro para afuera o viceversa. Puede ser local o total, reversible o no. Algunos insectos “comen” las hojas de distintas maneras; por ejemplo, las hormigas cortan las hojas de afuera para adentro, y los gusanos las agujerean hacia el centro. Para las personas estos síntomas pueden ser todos iguales, y transmitir erróneamente el problema agravando aun más la situación si le ponemos el producto equivocado.

Debemos tener en cuenta que para cada situación existe un producto adecuado y que en jardinería, no existe un “curatodo” y que existen épocas, dosis, repeticiones, formas de aplicar (riego, inmersión, pulverización, etc.) que debemos seguir para poder obtener el resultado esperado.

No es lo mismo un insecto “chupador” que otro “masticador”. En caso de hongos, debemos llevar la planta, una parte representativa, donde se presentan los síntomas, ya sea fruto, flor, hoja, rama y si es necesario raíz para casos de cultivos.

Para control de otras plagas como ratones, que los síntomas son obvios, como los ruidos, agujeros en paredes, o peor aun, son vistos recorriendo la casa o la oficina, se recomienda exclusivamente el uso de cebos, teniendo cuidado de no distribuirlos a mansalva pues tienen el mismo efecto en las mascotas o niños si son ingeridos. Estos deben estar colocados en lugares de difícil acceso para niños y mascotas.

Es muy importante además de adquirir el producto adecuado, que sean en cantidades necesarias, no comprar para “tener guardado”, pues son productos que mal utilizados pueden llegar a ser peligrosos.

Asesoró: Ing. Agr. Fabio Codas