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Carmen Recalde de Martínez completa el trabajo con una base resistente, añade piedras, telas, cantaritos de barro y flores que alegran el entorno de los personajes.
Gladys empezó hace 30 años con los pesebres de piola y desde hace 15 años, innovó con los muñecos soft. Utiliza la media fina que rellena con guata y después le da forma a sus personajes con botones, ojitos, hilo y aguja. Le confiere color con maquillaje y les hace ropas con trocitos de tela. Estos pesebres se exhibieron en el cursillo navideño del Club Lucy Andress, y se pueden encontrar en Eugenio A. Garay c/ Marcelino Pérez, Lambaré.