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Los mobiliarios de la sala se adecuan al diseño estrecho de esta área y generan colorido a través de las obras, flores y objetos.
El sofá en L y la mesa de centro con ruedas en la base son los protagonistas, además se añaden luces puntuales y muebles de apoyo de bambú.
La Arq. Paula Mendolia se encargó de la parte arquitectónica, mientras que María José Alfaro de la decoración. La buena distribución, así como la adecuada ubicación de los objetos decorativos, son las claves a la hora de ambientar espacios reducidos pero coquetos.
Al ingresar a esta vivienda se observan unos nichos que sirven para exhibir las artesanías y así aprovechar este nexo en la entrada. Recuerde que todo es válido con un poco de creatividad arquitectónica y buen gusto.
A unos pasos de la sala se encuentra una mesada revestida que separa al comedor con tapa de vidrio, ideal para recibir a ocho comensales que desean degustar las sabrosuras culinarias que ofrecen en esta morada.
El dormitorio matrimonial, fiel a estas opciones decorativas, incorpora de nuevo el bambú en la cabecera y un pie de cama tapizado.
En las paredes hay cuadros, fotografías y espejos enmarcados; en el piso se colocaron alfombras sueltas. La iluminación tenue genera el toque preciso para este espacio de descanso y paz.
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