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Se sabe que observar a los peces trae una paz relajante, que no cansa, sino que causa un gran placer. Además le da un colorido increíble a una pared o un mueble. Existen casas especializadas que ofrecen la pecera y los peces bellos que serán la nota divertida. Vea el lugar donde estará y la dimensión que dispone.
Se aconseja alimentar a los peces solo dos veces al día, ya que en ocasiones el exceso de comida daña la calidad del agua y esto a su vez podría causar enfermedades y muertes en estos animales acuáticos. El alimento balanceado se distribuirá a lo largo de la pecera, de forma moderada.
Es de vital importancia que indague acerca de las especies que puede traer a una pecera, las que no se hacen daño entre sí. Además tenga en cuenta que necesitan atención y cuidados, aunque salga de viaje deberá asegurarles el suministro de alimentos mediante una persona encargada.
Por otra parte, a los niños con alergia les puede venir bien tener peces en su área de juegos, lo que les servirá también para ser responsables y respetuosos de la naturaleza.
La pecera necesita luminosidad, pero no estará bajo los rayos directos del sol.
Consulte en la casa donde adquiere los peces acerca del cambio de agua, que siempre será por partes, con una periodicidad para que el vital líquido esté siempre limpio, lo que puede darse por ejemplo, cada 15 días. Recuerde que las impurezas pueden poner en peligro la vida de estos amigos acuáticos. Alerta acerca del agua en mal estado no solo su color sino también el mal olor.
Un filtro y una bomba aseguran la oxigenación que necesitan, además pueden crecer y por ello no conviene contar con espacios reducidos. Mientras más peces convivan será más necesaria la higiene y la atención. Pregunte y asesórese, ya que el agua con cloro de la canilla puede ser tóxica para ellos.
¿Qué debe llamar la atención? Un pez puede tener enfermedades o bacterias si presenta puntos blancos en las aletas.
Para contemplar
Los peces, desde luego, no son mascotas que se pueden cargar como si fueran juguetes. Lo mejor es dejar que naden a sus anchas y entre los variados objetos que se utilizan para decorar se encuentran las piedras, todo lo que imita al mundo acuático. No es necesario mover el agua para crear olas, basta con disfrutarlos observándolos.