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María Eugenia Candia junto con sus sobrinas Luana (10) y Aline (7) Aveiro (foto de tapa) nos muestran su jardín y piscina en un terreno rectangular que mide 750 m2. El espejo de agua cuenta con 50.000 litros con azulejos marinos y deck de lapacho rodeado de cantos rodados que hace muy fácil el paso del césped hacia el estar formado por reposeras y una sombrilla playera.
La muralla de buena altura es cubierta por la hiedra que refuerza la sensación fresca del lugar; todas las plantas son de Rosa Meza, de Isla de Francia, cuidadas por la propietaria que insiste en el riego diario y la fertilización cuando lo requieran. Los cambios climáticos obligan a estar atentos ante el exceso de humedad, por eso hay que observar las hojas y flores, ver si necesitan algún producto antifúngico.
Algunas flores rodean a la añosa palmera cica, además de otras variedades que le dan una imagen tropical. Las tacuarillas, lazos de amor, santarritas de cuatro colores y labios de señorita conforman este pulmón de la casa. Un divertido escenario en el que se agregan troncos de árboles, mesas recicladas y asientos cubiertos de almohadones coloridos. Las hamacas artesanales debajo de una generosa sombra aguardan a sus moradores porque en enero todos estan en pleno relax de vacaciones.
En una dulce tarde de enero se prepara una merienda con jugo de naranja y cap cakes mientras se escucha el canto de las aves.