La relación de amistad entre el propietario y el perro empieza desde el momento en que él lo lleva a la casa para adoptarlo como mascota.
En este aspecto, todo cuenta, desde brindarle la comida todos los días, mantener siempre el bebedero con agua limpia, abrigarlo, destinarle un lugar específico dentro de la casa hasta llevarlo al veterinario, ya sea para bañarlo, en caso de enfermedad, como para aplicarle las vacunas necesarias.
Generalmente, el perro de la casa tiene más afinidad con uno de los miembros de la familia, y es el perro el que elige quién de los miembros será su mejor amigo. Esto depende del comportamiento que tenga ese miembro de la familia con el perro, como ser el que sea más cariñoso con el perro, el que le dedique más tiempo, el que pase más tiempo con él.
Realmente, no existe una raza que se caracterice por ser compañera; todos los perros que posean una relación estrecha con sus dueños van a ser compañeros incondicionales para los dueños. Las actividades que fortalecen la relación entre el perro y el dueño son los paseos diarios, los juegos en los cuales el perro desarrolle todas sus habilidades con ser el olfato, la audición, etc., así como el cariño; por ejemplo, las caricias en la cabeza, la panza.
Para los perros que por excelencia sean de trabajo, en trabajo con los mismos. Sobre todo, lo que más afianza la relación entre el dueño y el perro es la disciplina. Los perros son los mejores amigos del hombre, ya que sienten cuando estamos tristes, alegres, felices, preocupados, enfermos, sentidos, etc. Ellos poseen como un sexto sentido con el cual pueden sentir nuestras emociones.
La doctora Gabriela de Vera, veterinaria, señaló que vivir con una mascota en la casa no es un asunto para tomar a la ligera. En promedio, un perro vive más de diez años; por lo tanto, no solo se trata de elegir un buen animal, sino también aprender a vivir con él. El dueño tendrá que elegir la raza en función del papel que se le quiere atribuir, además del sexo, es decir, macho o hembra, ya que en general las hembras son más tranquilas y los machos más inquietos.
El perro es un ser vivo; convivir con uno implica cuidarlo, educarlo, amarlo y respetarlo. Los cuidados se basan en la aplicación de vacunas, controles médicos, juegos y mucha disciplina. Los perros esperan de su "hogar" educación, cuidado, afecto, juegos. No hay que olvidar que un perro no es un hombre, pues tiene sus propias necesidades; si realmente lo ama, debe ser tratado con respeto por lo que es.
Generalmente, el perro de la casa tiene más afinidad con uno de los miembros de la familia, y es el perro el que elige quién de los miembros será su mejor amigo. Esto depende del comportamiento que tenga ese miembro de la familia con el perro, como ser el que sea más cariñoso con el perro, el que le dedique más tiempo, el que pase más tiempo con él.
Realmente, no existe una raza que se caracterice por ser compañera; todos los perros que posean una relación estrecha con sus dueños van a ser compañeros incondicionales para los dueños. Las actividades que fortalecen la relación entre el perro y el dueño son los paseos diarios, los juegos en los cuales el perro desarrolle todas sus habilidades con ser el olfato, la audición, etc., así como el cariño; por ejemplo, las caricias en la cabeza, la panza.
Para los perros que por excelencia sean de trabajo, en trabajo con los mismos. Sobre todo, lo que más afianza la relación entre el dueño y el perro es la disciplina. Los perros son los mejores amigos del hombre, ya que sienten cuando estamos tristes, alegres, felices, preocupados, enfermos, sentidos, etc. Ellos poseen como un sexto sentido con el cual pueden sentir nuestras emociones.
La doctora Gabriela de Vera, veterinaria, señaló que vivir con una mascota en la casa no es un asunto para tomar a la ligera. En promedio, un perro vive más de diez años; por lo tanto, no solo se trata de elegir un buen animal, sino también aprender a vivir con él. El dueño tendrá que elegir la raza en función del papel que se le quiere atribuir, además del sexo, es decir, macho o hembra, ya que en general las hembras son más tranquilas y los machos más inquietos.
El perro es un ser vivo; convivir con uno implica cuidarlo, educarlo, amarlo y respetarlo. Los cuidados se basan en la aplicación de vacunas, controles médicos, juegos y mucha disciplina. Los perros esperan de su "hogar" educación, cuidado, afecto, juegos. No hay que olvidar que un perro no es un hombre, pues tiene sus propias necesidades; si realmente lo ama, debe ser tratado con respeto por lo que es.