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Algunas lámparas constituyen obras de arte del diseño por sus complicadas uniones entre el metal, los focos y caireles que crean un efecto lluvia que se instalan en sitios de gran altura como en esta obra de Miguel Portillo (foto).
Disponer de las luminarias en el interior de la casa, más allá de una cuestión estética, implican que las actividades cotidianas sean más confortables ya sea en el comedor, la cocina o el escritorio, si la entrada de luz natural es escasa. La buena iluminación ayuda a disfrutar una conversación en familia, una lectura, así también las tareas culinarias.
Liliana Añazco, asesora de iluminación de la Compañía Comercial del Paraguay CCP, indica que “la tendencia son las lámparas led, de bajo consumo, que generan luz fría –la blanca–, ideal para la cocina. Y la cálida o amarilla es para ambientes acogedores como la sala o el comedor, sin embargo, si se halla integrado a la cocina se optará por la luz blanca”.
Agrega que “se eligen los diseños colgantes cuando el techo es alto o se desea destacar algún rincón, también se encuentran los que tienen caireles, lienzo o encaje”.
Monserrat Leiva, jefa de iluminación de Luminotecnia, afirma que las lámparas de bajo consumo tienen un gasto de energía inferior al de las tradicionales”.
Añade que “en el cuarto de baño un artefacto alargado arriba del espejo puede proveer luz ambiental y en las paredes proporcionan un toque agradable”.
Añazco explica que “si el techo no es muy alto se eligen plafones, adosados al techo, y en cielo raso u hormigón van artefactos embutidos o empotrados”.