Generalmente cuando un jardín es muy chico hay que tener cuidado con lo que se pone en el lindero para que no quede muy ahogada la casa. La enamorada del muro o hiedra es la planta ideal. Se coloca más o menos cada 30 centímetros una de otra y se las prensa con alambres en forma de una pantalla para que crezcan más rápido. Hay que regarlas constantemente. Son muy lindas, ya que otorgan una proyección en el jardín para que esta parezca más grande. Se pueden intercalar con algunas plantas al gusto de cada persona. Las pequeñas margaritas o azaleas son ideales porque no taparán la hiedra.

Las trepadoras, de diferentes tipos, son para los jardines grandes. La santarrita, por ejemplo, se debe plantar en un lugar con mucho sol sin arboles alrededor para que luzca al lado de la muralla. Se pueden combinar con otra, llamada malvecino, que es de color celeste, y la trompeta de caballero de color rosado.
Otra alternativa muy interesante son los jazmines. Se los puede poner cerca de la galería de la casa, por el agradable aroma que despiden, al igual que la campanilla amarilla o copa de oro. Estas plantas frondosas y de mucho follaje dan un toque romántico y muy agradable al lugar.
Abajo se puede jugar, al gusto de cada uno, con arbustos florales, como el popurrí de jazmines celestes mezclados con margaritas amarillas arbustivas o plumbagos y rosas pool inglesa. Son plantas que necesitan mucho sol para que florezcan, por ello son especiales para colocarlas al lado de la muralla.
En cuanto a la pintura, lo ideal es usar un verde sepia porque se mezcla más con la naturaleza, ya que no tiene muchos contrastes. Además, cuando se ensucia con el moho y la lluvia no se nota. Es un color excelente para mezclar con las trepadoras.


Asesoró: Nancy E. Farías, paisajista.

Fotos: Archivo de ABC Color.