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No podemos dejar de mencionar a los pulgones, orugas, moscas blancas, ácaros (arañita roja). Cada uno de ellos deja un rastro peculiar, explica el Ing. Agr. César Rovira, de Agrofield.
Según el experto, el típico ataque de las hormigas cortadoras deja su rastro cortando las hojas de afuera para adentro. Las orugas, a diferencia de las hormigas, perforan las hojas de adentro para afuera.
Los pulgones clavan su pico chupador y absorben savia, deforman hojas y brotes, que se enrollan.
Las cochinillas provocan deformación y posterior caída de hojas; sus escudos son blancos o marrones.
La mosca blanca se nota cuando las hojas pierden color, se abarquillan, coloca una sustancia pegajosa como una melaza, y las hojas pueden caer.
Los ácaros (arañitas rojas) son pequeñísimos, de un milímetro, por eso cuesta verlos a simple vista. Para descubrirlos hay que arrancarlos de las zonas afectadas y mirar con una lupa o muy cerca, podrá avistar unas arañitas rojas minúsculas.
Los químicos
Los productos químicos más utilizados para controlar a las hormigas vienen en diferentes presentaciones y cada uno se utiliza de acuerdo al tipo de hormiga y lugar en donde se quiere tratar.
Las presentaciones son las de polvo (clorpirifos), granulada (fipronil, sulfura mida) y líquida (cipermetrina, clorpirifos y fipronil).
Para control de chupadores (cochinillas, pulgones, arañitas, mosca blanca, grillo topo) se deben usar productos sistémicos, como imidacloprid o dimetoato.