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La doctora Eliana Cardozo, veterinaria, informa que todos los perros pueden tener hongos, pero en particular están predispuestos los inmunodeprimidos, cachorros o gerontes (viejos).
“Usualmente estos microorganismos viven en la superficie de la piel y aprovechan que el animal está con bajas defensas, que se encuentre húmedo o que tenga nudos en el pelo para causar lesiones en la dermis”, agrega.
Sostiene la profesional que “lo importante al encontrar lesiones en la piel de nuestro perro es acudir al veterinario que hará un análisis de la piel para determinar el agente causal, ya que de acuerdo al tipo posee distintos tratamientos”.
La doctora resalta que “no se debe automedicar a la mascota, ya que eso retrasa y dificulta un tratamiento que por lo general se caracteriza por ser largo”.
Por su parte, el doctor Carlos Fernández, veterinario, dice que existen varios tratamientos como la aplicación de pomadas, que sería uno de los más apropiados y económicos existentes en el mercado. Los medicamentos de uso oral que se suministran de acuerdo al peso y edad del animal; un aspecto importante es que el tratamiento se realizará con frecuencia y constancia, ya que si no se respetan los días y horarios, estos hongos no van a terminar.
“Uno de los beneficios de este clima fresco es que la formación y proliferación de hongos es más baja, ya que el aumento de temperatura es lo que favorece la formación de microorganismos”, acota.
El doctor señala que “mediante la observación podemos llegar al diagnóstico, pero en otros casos se hará un raspado en la zona lesionada y posterior análisis laboratorial”.