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La casa construida en Lambaré posee un amplio quincho equipado con bancos; es el sitio que más gusta porque ahí se sirven los asados, y se encuentra a unos pasos del jardín y la piscina.
El muro azul exterior sirve de base a numerosas macetas que agradecen el agua en un espacio que oxigena en el paisaje ideal para inspirarse. La casa se empezó a soñar desde el día de su boda en que se trajeron los primeros ladrillos. El proyecto es del arquitecto Alberto Bello.
Más de diez variedades de palmeras crecen aquí en un suelo tapizado de césped que se alegra con bromelias, orquídeas, anturios y follajes como mirto, espárragos y hojas de vista.
Las obras de autores nacionales y una colección de máscaras se apropian de interiores con muebles reciclados.
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