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Cualquier ambiente resulta ideal para albergar objetos totalmente negros, o blancos, o grises. Lucen las esculturas u otros objetos decorativos en un profundo negro. Lo mejor: permiten la presencia de casi cualquier color en el lugar, todo combina con sus majestades el blanco y negro. Ultraelegante: las sillas y almohadones luciendo terciopelo negro.
Para ambientes sublimes lo más solicitado son las alfombras en ambos colores, con figuras geométricas o diseños orgánicos muy ornamentados. También abundan los edredones y sábanas en diferentes tonos de grises. No pueden faltar las mantas tejidas para disponer sobre el sofá principal de la sala.
También quedan geniales los corpóreos en blanco, para alegrar ambientes. De aspecto sobrio, pero no por eso aburrido, esta combinación se puede dar de múltiples formas. La clave es el equilibrio: suficiente blanco como para crear iluminación y amplitud, y suficiente negro como para aportar jerarquía.
Hoy se mezclan estilos, puntos con rayas, tamaños o texturas.
Consultados: Parana Decor, Oile, Jaleo Tienda Creativa, Nueva Americana.