Para que el jardín se encuentre siempre en buenas condiciones es importante en primer lugar realizar una limpieza constante, extraer las malezas, cortar el pasto y podar las plantas. Los restos de basura deposítelos en una bolsa.
Posteriormente proceda al tratamiento de fumigación, que se puede realizar en todas las plantas sin excepción. La mejor forma de hacerlo es con motopulverizador. Se trata de una máquina que pulveriza los insecticidas y llegan mejor a todos los rincones del jardín, más aun cuando se trata de insectos que atacan a las plantas.
A través de este procedimiento se pueden eliminar insectos como hormigas, grillos topo, pulgones, cochinillas, mosquitas blancas, hongos, termitas, entre otros. Las fumigaciones se deben realizar cuando se detecta la presencia de dichos insectos y plagas, y a modo preventivo cada tres meses, afirmó el Ing. Agr. Jorge Miltos.
Los horarios ideales para realizar la fumigación son a primera hora de la mañana o última hora de la tarde, a fin de evitar la evaporación de los productos.
El Ing. Agr. Julio Quevedo enfatizó que antes de cualquier intervención en el jardín es importante realizar un análisis o inspección de la situación en la que se encuentra. Recuerde que la fumigación es una medida extrema de intervención a un problema, ataque de hongos, insectos, etc.
El dueño de casa puede realizar la fumigación si tiene los conocimientos, el producto y los elementos de protección adecuados. Aunque siempre es mejor que lo realice un profesional, ya que el manipuleo de químicos no es fácil, sobre todo en el hogar donde puede ser causa de accidentes.
Equipos de seguridad
La fumigación requiere ciertos equipos de seguridad, para el manipuleo son necesarios: guantes de polipropileno antiácidos, máscara de filtros a carbón activado, lentes o antiparras, mameluco o vestimenta de protección, un pulverizador manual o a motor (de acuerdo al área tratante). Los químicos deberán estar etiquetados con toda la literatura exigida por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social para su utilización en áreas domésticas, con la dosis adecuada para cada plaga o enfermedad. Nunca debe variar la cantidad recomendada.
Posteriormente proceda al tratamiento de fumigación, que se puede realizar en todas las plantas sin excepción. La mejor forma de hacerlo es con motopulverizador. Se trata de una máquina que pulveriza los insecticidas y llegan mejor a todos los rincones del jardín, más aun cuando se trata de insectos que atacan a las plantas.
A través de este procedimiento se pueden eliminar insectos como hormigas, grillos topo, pulgones, cochinillas, mosquitas blancas, hongos, termitas, entre otros. Las fumigaciones se deben realizar cuando se detecta la presencia de dichos insectos y plagas, y a modo preventivo cada tres meses, afirmó el Ing. Agr. Jorge Miltos.
Los horarios ideales para realizar la fumigación son a primera hora de la mañana o última hora de la tarde, a fin de evitar la evaporación de los productos.
El Ing. Agr. Julio Quevedo enfatizó que antes de cualquier intervención en el jardín es importante realizar un análisis o inspección de la situación en la que se encuentra. Recuerde que la fumigación es una medida extrema de intervención a un problema, ataque de hongos, insectos, etc.
El dueño de casa puede realizar la fumigación si tiene los conocimientos, el producto y los elementos de protección adecuados. Aunque siempre es mejor que lo realice un profesional, ya que el manipuleo de químicos no es fácil, sobre todo en el hogar donde puede ser causa de accidentes.
Equipos de seguridad
La fumigación requiere ciertos equipos de seguridad, para el manipuleo son necesarios: guantes de polipropileno antiácidos, máscara de filtros a carbón activado, lentes o antiparras, mameluco o vestimenta de protección, un pulverizador manual o a motor (de acuerdo al área tratante). Los químicos deberán estar etiquetados con toda la literatura exigida por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social para su utilización en áreas domésticas, con la dosis adecuada para cada plaga o enfermedad. Nunca debe variar la cantidad recomendada.