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La Ing. Agr. Olga Aquino indica que “las hierbas aromáticas son una fuente viva de aromas y sabores. La mayoría posee propiedades medicinales y también aplicaciones ornamentales, teniendo en cuenta la variedad de flores coloridas y fragantes, sus diferentes formas y tamaños”.
“Por otra parte, la inversión es mínima y estas plantas son magníficas acompañantes de otros cultivos, ya que ejercen control biológico de plagas y repelen insectos. Son fáciles de incorporar en el jardín, siempre que se respeten ciertos puntos, como el suelo que debe tener buen contenido de materia orgánica, así como buenas horas de sol”, agrega.
Acota que “se distinguen dos tipos principales de plantas según su modo de cultivo: las plantas anuales y las plantas vivaces o perennes, a las que se debe añadir un modo de vida intermedio, el de las plantas bienales”.
“Por ejemplo, las plantas anuales, como la albahaca, solo perviven durante una estación desde la siembra en primavera, florecen en verano y mueren a finales de otoño. Las perennes pueden vivir varios años, por ejemplo, el romero y las especies de menta”.
“En cambio, las plantas bienales, como el perejil, se caracterizan porque el primer año solo producen hojas y en el segundo año tienen las flores y semillas. Generalmente requieren de un lugar soleado y no necesitan de mucho riego”, informa la ingeniera.
“En cuanto al abonado, se recomienda usar los abonos orgánicos, como el estiércol bovino”, aconseja.