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Necesita fuentes de agua, pues el tapir realiza sus necesidades fisiológicas en la misma; defeca, orina, digiere, copula y descansa en ella.
La profesional resalta que el tapir es una especie de mamífero perisodáctilo (es decir se apoya en número impar de dedos) de la familia tapiridae. Es el único género actual de la familia, la cual incluye otros nueve géneros, ya extintos. Existe desde hace millones de años y se considera el mayor mamífero terrestre de Sudamérica.
Indica que se caracteriza por ser solitario y tímido, camina mucho y, en general, necesita grandes áreas para vivir. Este animal es excelente nadador y buceador, puede mantener la respiración bajo el agua durante 2 a 3 minutos.
Además afirma la doctora que es territorial, delimita su lugar con sus excrementos y orina, emite unos sonidos muy graves y de poco volumen, parecido a un silbido. Su periodo de vida es de 25 a 30 años.
“Arquitectos del paisaje”
Espínola acota que son herbívoros y frugívoros, se alimentan de una gran variedad de frutos, hojas, flores y corteza, juegan un papel muy importante para determinar la estructura de las comunidades de las plantas, especialmente porque dispersan semillas de hierbas, arbustos y árboles, por ello se los denomina “arquitectos del paisaje”.
Refiere que la cantidad de alimentos que consumen constituyen el 4% a 5% de su peso corporal. Su alimentación en cautiverio consiste en balanceado para equinos, alfalfa, frutas y vegetales.
Enfermedades comunes
La experta informa que las enfermedades más comunes de los tapires en cautiverio son las ulceraciones e infecciones de las patas, enfermedades respiratorias, problemas de piel, de ojos (cataratas, leucoma), dolencias dentales, infecciones parasitarias y prolapso rectal.