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Los nichos en la pared forman parte del diseño arquitectónico que luego revistieron con madera. Allí se colocan las fotografías familiares, ahorran espacio y ayudan a prescindir de los mobiliarios. Se trata de una alternativa interesante cuando el sector no es muy amplio en relación con los mobiliarios existentes.
La propietaria equipó las áreas con buen gusto y personalidad definida. Los tonos del ladrillo se refuerzan con algunos muros pintados en color naranja. Escenario ecléctico que alberga a muebles de gran belleza, sillas de estilo se complementan con tapicerías a rayas.
El comedor de inspiración Chippendale permanece sobre una alfombra importante. Todo se ilumina con una gran lámpara con pantallitas.
El escritorio resuelve el sitio dedicado al trabajo y el estudio. Un mobiliario divide sus funciones entre una biblioteca y vitrina. Y una silla tapizada con cuero permite admirar la belleza de la buena terminación. Todo esto se encuentra en armonía con los pisos parquet y el verdor de las plantas. Cada escultura, talla y obra pictórica resplandece y habla del arte en sus expresiones más variadas. Una deco clásica pero con toques vivos que ofrecen una alternativa cromática que no se expande a medida que recorremos la residencia.
El arquitecto Rubén Escobar se encargó de este proyecto constructivo, y los objetos le dan ese aire de vida a cada rincón. Las fotografías familiares están en todas partes como un recuerdo del cariño de los hijos y nietos que llegan hasta aquí los fines de semana. Música, flores y detalles decorativos despiertan el interés en las habitaciones. Las puertas plegables dividen las áreas sociales y aprovechan los metros existentes.
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