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La arquitecta María Adela Lledó indica que antes de la elección del sofá tendrá en cuenta en primer lugar el tamaño, que depende de los metros con que se cuenta. Se recomienda que cuando compre un sofá sepa los dos datos básicos: las medidas de la habitación y su distribución.
“También es fundamental que tenga presente tres cosas: resistencia, comodidad y estilo. En relación a la comodidad recuerde que un buen sofá debe ser ligeramente blando en la zona lumbar, por ello es mejor evitar aquel en el que sienta que se desliza hacia abajo”, añade.
Subraya la profesional que es importante recordar que los sofás, al igual que los colchones, no deben ser muy blandos porque esto afecta la columna vertebral. La firmeza y la solidez de este mueble tienen que ver, en gran medida, con el relleno de los asientos, respaldos y en algunos casos, de los apoya brazos.
Por su parte, la decoradora de interiores Paulina Quevedo dice que los sofás en tonos claros son los preferidos, ya sea beige o blanco. Una alternativa bastante práctica es el uso de un segundo tapizado o forro para este mueble, que posee cierres laterales y prácticamente pasa desapercibido como tal. Se puede retirar cada vez que sea necesario lavarlo.
“Los tapiceros son los expertos en preparar estos forros de acuerdo a la medida exacta del sofá; las telas frescas son las preferidas. Otra es la lonita de jean para sitios más íntimos como el estar”, acota.
Los sofás pueden ser de dos, tres, cuatro o cinco cuerpos, esquineros, sillón, butaca y chaise longue.