El jardín sin plagas

Es plena primavera, con lluvias y altas temperaturas. Las plantas se encuentran en pleno desarrollo, salen brotes nuevos, se llenan de flores, pero también las plagas proliferan. Es importante ocuparse a tiempo de ellas para evitar estragos en el jardín.

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Hormigas, gusanos, mosquitos, hongos, son plagas con las que convivimos diariamente en el jardín. Las hormigas destruyen las plantas, principalmente los brotes tiernos y luego todo lo que encuentren a su paso. Los mosquitos además de ser molestos son vectores potenciales de enfermedades como el dengue y la leishmaniasis. Los gusanos perforan las hojas y se instalan en los frutos haciendo que todo el trabajo del año quede inutilizado.

Es conveniente realizar fumigación (pulverización) periódica a las plantas del jardín con productos piretroides (Cipermetrina, Deltametrina, Lambdacialotrina). Estos productos son muy efectivos contra los insectos y son de baja toxicidad para humanos y animales de sangre caliente, además no dañan al medio ambiente. Estos productos pueden ser mezclados con fungicidas a base de oxicloruro de cobre (Citrisan, Cupravit, Vitigran) o carbendazim para el control de hongos en las plantas.

En casos de tratamientos preventivos, una fumigación cada 30 días es conveniente. Para casos de tratamientos curativos, se deberá fumigar con estos productos una vez cada 8 días durante 4 semanas.

Uno de los casos más consultados es en ocasión de realizar un acontecimiento en el jardín, y queremos evitar los mosquitos. En ese caso se deberá fumigar con Cipermetrina (Cipertrin Plus) 24 horas antes del evento. Al caldo de aplicación, se le puede agregar alguna esencia (citronela, vainilla, floral, etc.) para contrarrestar el posible olor.

Para el caso de las hormigas cortadoras, existen diferentes métodos de control, como los cebos (Clorpiriphos, Fipronil, Sulfluramida), polvos (clorpiriphos, carbaryl, permetrina), líquidos (Cipermetrina, fenitrothion), gases (fosfuro de aluminio, bromuro de metilo).

Cada uno de estos productos tienen sus fortalezas y debilidades. El cebo es el de mayor facilidad de aplicación, debiendo ser distribuido directamente desde el envase al caminero de las hormigas (Ysa’u y Akeké) y alrededor de las plantas atacadas. Es muy efectivo porque los gránulos son introducidos por las hormigas a su cueva y actúan directamente sobre sus alimentos. No se debe colocar el cebo dentro del hormiguero. La humedad lo inutiliza. Se recomienda el uso de cebos con aplicador para evitar que el producto entre en contacto con las manos. La grasa de la mano puede ser percibida por las hormigas y el cebo es ignorado. También existen los cebos en sachet de 10 gr. que evita la humedad y el contacto con las manos.

Los polvos pueden ser aplicados en el camino de las hormigas, alrededor de las plantas y puede ser insuflado dentro del hormiguero. Los polvos actúan por contacto y las hormigas al percatarse del producto lo pueden evitar abriendo otros agujeros o cambiando el camino.

El líquido actúa por contacto igual que el polvo, pero debe ser diluido y pulverizado a las plantas y al hormiguero.

El gas también es muy efectivo, pero debe ser aplicado por personas idóneas. Algunos de estos productos son de uso domisanitario y pueden ser encontrados en supermercados. Otros por sus concentraciones o usos diversos, son de venta exclusiva en Agroveterinarias. Productos como el GAMEXANE, ALDRIN o PARATHION por su residualidad, toxicidad y daños al medio ambiente se han dejado de fabricar y son de venta prohibida. Es importante leer las instrucciones específicas de cada producto antes de su aplicación.

Asesoró: Ing. Agr. Fabio R. Codas, departamento técnico de Agrofield S.R.L.
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