El color y el reciclaje

En un quincho cerrado y en la sala de la casa hay una gran cantidad de objetos que fueron reacomodados y vueltos a colocar con un encanto nuevo. Mesitas, flores, algún sillón y hasta alfombras de cocina fueron puestos de manera primorosa por su propietaria como tapices en las paredes.

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Arreglos de flores, alguna parte de automóvil que ya no se usa puede servir para darle vida a este quincho. Es parte de una terapia y un canto a la vida, cuidando cada detalle y con el mantenimiento que se le da cada año: se lustran los muebles o se pintan las paredes y el machimbre del techo.

Todos son muebles informales hechos en nuestro país con lugar suficiente para la reunión de los domingos donde vienen a comer ñoquis los hijos y los 11 nietos. Objetos de cerámica de Areguá, con base de hierro, adornan el sector bien iluminado por las aberturas que miran al patio.

Hay una mezcla de objetos nuevos y viejos, con la previsión de tener a mano los electrodomésticos y cubiertos para que no se pierda tiempo hasta la cocina. Ventanas curvas y pisos rojos dejan entrar la luz plena.

En la sala hay tacuaras, sillones tapizados y adornos que alegran el lugar. También un escritorio acomodado en un espacio muy familiar, y un pequeño gimnasio. Estos espacios poseen texturas alegres, suaves y con detalles para mimar y disfrutar la casa todos los días.
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