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Señala que “el caballo como animal de presa está acostumbrado a moverse libremente durante el día en búsqueda de su alimento. Este de alto volumen fibroso y con poca concentración proteica o energética requería que el animal esté en constante movimiento. Hoy día les damos a nuestros caballos espacios específicos y a veces nos olvidamos de temas tan sencillos, como proveerles pasto fresco todo el día y agua a discreción”, refiere.
Afirma que “muchos caballos viven encerrados en caballerizas, sin tener acceso a agua o a pasto fresco, pues en ocasiones el dueño cree que el pasto podría producir una “panza pronunciada” en el equino”.
“En vez de esto se le suministra concentrados, a veces en cantidades irracionales, para evitar que sean panzones. Sin embargo, nos olvidamos que es la fibra (pasto o heno) lo que el caballo requiere para mantenerse sano, tener su digestión funcionando de forma adecuada”, agrega.
La doctora aconseja que “también debemos pensar que el hábito de sacar al caballo tres veces al día para que tome agua es anticuado, ya que es como si nosotros tomáramos agua justo cuando a otro se le ocurre darnos. Esto no es así, pues queremos tomar cuando tenemos sed, así mismo le pasa al caballo, que cuando se alimenta libremente toma siempre agua entre comidas, con pocos tragos y sin peligro de quedar satisfecho en demasía”.
Curiosidades
En la relación diaria con el equino es el ser humano su maestro, en una jerarquía superior. Si usted no entiende la naturaleza social y capacidad física, nunca será un buen entrenador. Para ganar su cooperación y confianza, debe aprender que el caballo es un animal de manada, y en ella cada animal ocupa un sitial.