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Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de distintos colores y consistencias, según la especie. Es la plaga más frecuente en jardinería junto a los pulgones; puede afectar a casi cualquier planta ornamental. Se alimentan clavando un pico chupador o estilete sobre hojas, tallos y frutos que chupa la savia. Parte de esta savia la excretan como líquido azucarado, lo que se observa como una melaza.
Cómo prevenir su aparición
Adecuar el riego a las necesidades de la planta, porque el exceso crea el ambiente para procrearse esta plaga. Otra manera de anticiparse a que aparezca es aplicar materia orgánica para aumentar la defensa de la planta. Se delatan por lo siguiente: viendo al insecto, por las hojas despigmentadas, amarillas y deformadas. Además las hojas se ven brillantes y pegajosas por la melaza. Normalmente la gente se confunde por la presencia de hormigas, que son atraídas por la melaza, pero en realidad son ataques de cochinillas o pulgones y a consecuencia aparece la hoja en forma de carbón o fumagina del hongo.
Daños visibles
Los daños son directos al absorber la savia por medio de sus estiletes que clavan el tallo, las hojas, ramas o frutos y así la planta pierde vigor. Daños indirectos por el hongo negrilla, que se asienta sobre la melaza que excretan y ennegrece las hojas impidiendo la fotosíntesis. El deterioro estético es importante.
Cómo eliminar la plaga
Una vez que ha aparecido la cochinilla algodonosa tendremos que aplicar un insecticida específico para este grupo de insectos, es la solución más efectiva. Tendremos que procurar alejar las plantas de la zona infectada, para evitar que se propague y tener paciencia, pues no es una plaga que desaparezca rápidamente. Si la planta está muy infectada y ha sido atacada una gran parte de ella es posible que no se recupere, así también después de la aplicación del insecticida la planta queda estresada, por ello es fundamental acompañarla con fertilizante foliar, para estimular rebrotes nuevos y yema floral.
El control biológico
El control biológico o por agentes naturales se realiza también con buenos resultados en el jardín en las épocas adecuadas. Eso sí, en general los depredadores naturales lo son de unos ciertos tipos de cochinilla en concreto, por lo que conviene identificar el tipo de cochinilla para identificar el depredador adecuado. Por ejemplo, el Cryptolaemus montrouzieri, el popular escarabajo, ejerce un control biológico sobre la cochinilla algodonosa. Un preparado que se puede hacer incluye hojas de paraíso, guembe y tabaco que se machacan, se mezclan con agua y se dejan fermentar durante 15 días. Luego se aplica con aspersor.
Jardín: obra de Sonia Lacasa