Cargando...
La Dra. Lorna Muñoz, veterinaria, indica que “los gatos son animales naturalmente pacíficos, pero ante determinadas situaciones pueden tornarse agresivos; en el caso de los felinos hay que comprender que no son perros pequeños, así que no se comportan ni reaccionan como estos”.
“Un gato puede ser agresivo cuando hay dolores o malestares, cuando se siente agredido por algún factor ambiental, cuando se ve atrapado o siente miedo. En todos los casos lo peor que podemos hacer es gritar, evitaremos los movimientos bruscos y correr detrás de ellos”.
Refiere que “este animal es territorial, demarca claramente sus propiedades, y el desconocimiento de esta característica nos hace pensar que el gato no nos quiere, cuando en realidad le molesta que la persona haya invadido su espacio”.
Explica la veterinaria que los celos son parte del carácter del gato, por eso lo mejor es exponerlo a las nuevas personas, animales o situaciones que se presentan. “Convivir con un gato es sencillo si se comprende su comportamiento, pues este animal necesita lugares en los cuales pueda estar solo, ama la soledad porque quiere dormir. Puede hacerlo la mayor parte del día, así que solo requerirá un lugar tranquilo, lejos de todo (incluso nosotros), es imprescindible”, agrega.
Alega la doctora que “los gatos requieren lugares para arañar, una costumbre social y parte de su acicalamiento diario. Si no les damos un arañador encontrarán un sillón, alfombra, etc., para encajar sus uñas”.
“Los gatos son cazadores natos, por lo que están atentos a las presas, así también a ser acechados, y al mismo tiempo se hallan vulnerables en dos momentos particulares: al comer y al realizar sus necesidades fisiológicas. En ambos casos necesitan que tanto el plato de comida y el bebedero como la caja de arena se hallen en lugares alejados de la vista y el movimiento de personas, para poder accionar en silencio y con tranquilidad. De lo contrario, no usarán esos espacios”.
Recuerde que somos seres sociables y nuestras mascotas también, pero “no todos nos caemos bien y en los animales sucede lo mismo; en particular, he observado que gatos que crecen con otros animales en el entorno tienden a ser menos territoriales, así también en cuanto al trato con las personas”.
Según dice el gato asustado es agresivo, pero antes que nada es una demostración de fuerza. “Suelen bufar o resoplar irritado, arquear el lomo erizando el pelo, liberar orina, mostrar las garras y los dientes. También evitan el contacto visual, ya que más que nada quieren asustar al oponente; en último caso tendremos mordidas profundas y arañazos que se infectan con gran facilidad”.
Con cuidado
Afirma la doctora que “un gato en estado agresivo es riesgoso para el propietario y para el mismo animal; ante tal caso recomendamos actuar con tranquilidad, no gritar, no hacer movimientos bruscos, usar tonos de voz que transmitan relajación. No acercar las manos al animal, alejar a otros animales, ofrecer un espacio en el que este pueda refugiarse, ya que suele intentar huir a toda costa y se sentirá más seguro en un espacio pequeño”.
“Cuando note que su gato actúa de modo hostil es aconsejable consultar a su veterinario, para saber cuál es el origen de la agresividad y qué se puede hacer para ayudar a vivir socialmente a nuestro gatito”, finaliza.