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En la entrada se puede observar la amplia galería con sólidos pilares y las aberturas de la época colonial se encuentran intactas, como las ventanas que poseen gruesos barrotes de hierro y la puerta principal hecha de madera de gran espesor, a los costados se ubicaron dos faroles.
A tan solo unos metros está la bella iglesia de esta localidad. "Generalmente los recién casados vienen a esta casona con aproximadamente 200 años, y se fotografían cerca de los portones antiguos de hierro", comentó Margarita Bibolini, casada con Miguel Angel González Casabianca ya fallecido, para dar inicio a la historia de esta casa en la que habita actualmente.
"Francisco Bibolini llegó al país como cónsul de Italia, conoció a Margarita Veia, hija de italianos radicados en Paraguay, se enamoró de ella y se casaron. Posteriormente compraron esta casa y fueron los primeros en habitarla. Ellos tuvieron nueve hijos, de los cuales el último, Juan Bibolini, paraguayo, ingeniero agrónomo, se casó con Julia Irene Quaranta y tuvieron cuatro hijos, tres varones y una mujer, que soy yo", resaltó.
"Aquí pasé toda mi niñez y adolescencia; luego estuve durante 31 años en el exilio. Después de 27 años regresó primero mi marido con uno de nuestros hijos", recordó.
Los muebles y objetos antiguos, a pesar de los años, se mantienen en impecables condiciones, por ejemplo, el mortero que utilizaba su madre a fin de preparar el maíz para la rica sopa paraguaya. Resalta además una obra inspirada en ella del escultor Hermann Guggiari.
El lugar preferido de Margarita es donde hay unos sillones de mimbre, allí bien temprano disfruta de un rico mate y observa el lago.
Cabe resaltar que en esta casa se crió también su primo hermano, el escritor Gabriel Casaccia Bibolini.
Fotos: Gustavo Báez.
A tan solo unos metros está la bella iglesia de esta localidad. "Generalmente los recién casados vienen a esta casona con aproximadamente 200 años, y se fotografían cerca de los portones antiguos de hierro", comentó Margarita Bibolini, casada con Miguel Angel González Casabianca ya fallecido, para dar inicio a la historia de esta casa en la que habita actualmente.
"Francisco Bibolini llegó al país como cónsul de Italia, conoció a Margarita Veia, hija de italianos radicados en Paraguay, se enamoró de ella y se casaron. Posteriormente compraron esta casa y fueron los primeros en habitarla. Ellos tuvieron nueve hijos, de los cuales el último, Juan Bibolini, paraguayo, ingeniero agrónomo, se casó con Julia Irene Quaranta y tuvieron cuatro hijos, tres varones y una mujer, que soy yo", resaltó.
"Aquí pasé toda mi niñez y adolescencia; luego estuve durante 31 años en el exilio. Después de 27 años regresó primero mi marido con uno de nuestros hijos", recordó.
Los muebles y objetos antiguos, a pesar de los años, se mantienen en impecables condiciones, por ejemplo, el mortero que utilizaba su madre a fin de preparar el maíz para la rica sopa paraguaya. Resalta además una obra inspirada en ella del escultor Hermann Guggiari.
El lugar preferido de Margarita es donde hay unos sillones de mimbre, allí bien temprano disfruta de un rico mate y observa el lago.
Cabe resaltar que en esta casa se crió también su primo hermano, el escritor Gabriel Casaccia Bibolini.
Fotos: Gustavo Báez.