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El perro que sufre problemas del corazón tose, se cansa apenas empieza a correr, y respira con agitación. No puede responder a la demanda de juegos con los chicos, y si está exhausto llega a perder el conocimiento.
El sufrimiento del animal debe motivar la consulta a su veterinario para comprobar cuál es la enfermedad que le aqueja. El profesional examinará si hay anomalías en válvulas y agrandamiento del corazón.
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Auscultar el corazón
Los síntomas conducen a la sospecha de alguna patología cardíaca en el canino. El veterinario ausculta el corazón y realiza un electrocardiograma, una radiografía y probablemente también ecocardiograma.
Es muy raro que un perro joven tenga estos síntomas, más bien se ven en mayorcitos de 8 años y más. Curiosamente los expertos dicen que la razas pequeñas son las más proclives a padecer insuficiencia cardíaca.
Mientras que los perros jóvenes o de mediana edad y de contextura grande como el doberman, el bóxer o el mastín alemán muchas veces tienen el músculo cardíaco más fino y débil, lo que no permite un correcto bombeo de la sangre.
Modificaciones en su vida diaria
Solo el veterinario podrá decidir si hace falta la administración de diuréticos o alguna otra medicina, que debe dar a su mejor amigo de modo estricto.
La dieta habrá de modificarse, resulta ideal que posea bajo contenido de sal y grasas, evitando así el sobrepeso.
Tenga en cuenta que el enfermo de cuatro patas cuando realiza ejercicios se cansa, pero no debe dejar de moverse. Por ello elija un horario de menor calor y llevelo a caminar en un lugar tranquilo.