Cabeceras tapizadas

La infinidad de materiales disponibles permite crear cabeceras de acuerdo al gusto del propietario, así como el estilo de la decoración. Dos expertas aconsejan qué considerar al momento de optar por este elemento importante de la cama, que se adecua a lo que necesita ese dormitorio para que sea cómodo para la pareja.

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Natalia Laguardia, decoradora, afirma que antes de escoger la cabecera debemos tener en cuenta el tamaño de la habitación, las personas que ocuparán el dormitorio, así como el tipo de material, son factores tan relevantes como el estilo que queremos elegir.

“De esto depende que consigamos un dormitorio rústico, bohemio, romántico, moderno, tradicional, informal, masculino, unisex, etc. Recuerde que para dormitorios pequeños se podrá optar por cabeceras bajas y de colores claros, a fin de que dejen espacio útil para ubicar otros elementos o muebles, y al mismo tiempo para que creen amplitud”, recomienda.

La experta dice que las cabeceras de cama acolchadas tienen mucha demanda porque encajan en casi todos los estilos. Sin embargo, para los románticos empedernidos las cabeceras de cama de hierro forjado son la opción ideal, pues sus diseños llenos de curvas provocativas dejan fluir la imaginación de estos apasionados. En tanto, las de madera maciza, junto con las anteriores, son aconsejadas para un estilo rústico.

Por su parte, la arquitecta Adriana Mengual apunta que “la cabecera no es solo un elemento decorativo, ya que también cumple la función de proteger a los almohadones y a nosotros del contacto con la pared. Primero hay que determinar el tamaño de la cama a cubrir, que sería el mínimo de ancho de la cabecera”.

“Después hay que ver cómo quedaría en el espacio, es decir, con el dormitorio en general. Recuerde que se obtendrá la proporción ideal entre la cama y el tamaño de la pared. Luce mejor cuando la cabecera es un poquito más ancha que la cama”, aconseja.

La profesional enfatiza que “las cabeceras tapizadas son una opción. Si el propietario no es tan cuidadoso lo recomendable es hacerlas de cuero, en vez de tela, por la resistencia y durabilidad. Además resultan más fáciles la limpieza y el mantenimiento”.

Laguardia acota que “para dormitorios muy modernos las cabeceras de metal de líneas rectas son las preferidas, por la elegancia y delicadeza, a las que se podrá inclusive agregar espejo. Para los más zen el bambú es el indicado, y los jóvenes apuestan por diseños a base de materiales reciclados”.

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