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El tipo correcto de tierra es vital para su azalea: debe ser un suelo bueno y turboso; conviene usar turba pura o compost a base de turba. El riego también es importante, manténgala mojada y no solo húmeda. La luz indirecta es también un factor esencial, ya que los rayos de sol podrían quemar las hojas y producir un efecto desastroso.
A mediados de primavera, probablemente su azalea deje de florecer. Quite todos los vestigios de flores muertas y cualquier tallo demasiado largo, pódela hasta que la planta quede como un simpático arbusto redondo que parecerá un ramillete de hojas. Si la coloca fuera, escoja un rincón sombrío y manténgala húmeda todo el verano.
Las flores y hojas caídas, marchitas o amarronadas muestran que la planta recibe una temperatura demasiado elevada y que no tiene agua suficiente; en este caso sumerja toda la maceta en agua templada durante 20 minutos y rocíe las hojas con agua. Las marcas largas y blancuzcas en las hojas indican presencia de minadores o larvas de insectos; utilice un insecticida sistémico disuelto en el agua de riego para erradicar el problema.
Azalea indica: es de floración invernal, es una planta muy popular. Sus flores pueden ser de color rosa, escarlata, marrón, púrpura y blanco. No es muy resistente. Si la planta está en el jardín, puede verse afectada por inclemencias climatológicas.
Rhododendron obtusum o Azalea Kirishima Originaria de Japón, es arbustiva, de follaje menudo, rojizo y en forma de embudo. Comprende muchas variedades de diversos colores. Son plantas muy resistentes y pueden vivir en el exterior sin ningún peligro.
Sus hojas pueden ser atacadas por un hongo muy peligroso. Para prevenir la podredumbre de estas, debemos pulverizarlas con un fungicida, al iniciarse la floración.