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El avestruz americano es denominado ñandú en guaraní, y según la Dra. Stella Espínola, es el ave más grande de Sudamérica y, además, un excelente corredor pero incapacitado para el vuelo. “De hábitos diurnos y temperamento dócil. El peso promedio es de 30 kilos en la edad adulta. Su plumaje es de color gris pardusco; el macho presenta plumas negras en la corona, parte del cuello y pecho. Dorsalmente es de color gris y ventralmente es blanquecino. La hembra, por su parte, viste un color gris, con el vientre blanquecino; la tonalidad negra es menor en comparación al macho”.
La cabeza “en ambos sexos es pequeña, las zonas periocular y periauricular –es decir, alrededor del ojo y del oído, respectivamente– están desprovistas de plumas. La piel de esta ave es rugosa, sus patas son grisáceas y terminan en tres dedos”, describe la especialista.
Según Espínola, existen claras diferencias para distinguir al avestruz del ñandú. “El primero es del continente africano y pertenece a la especie Struthio camelus. En tanto que el ñandú es propio de América y es del género Rhea americana. El avestruz posee dos dedos en las patas y el ñandú tres. En cuanto al tamaño, el africano es más grande y de color más oscuro que el americano”.
Al referirse a su alimentación, señala que comen vegetales, semillas, frutos, hierbas, brotes tiernos, insectos, reptiles y pequeños mamíferos. “Debido a su gran capacidad de digestión, ya que su estómago posee poderosas enzimas, el ñandú consume de todo e incluso en cautiverio puede llegar a comer objetos metálicos”, expresa.
La reproducción
“Es estacional; suele ser en los meses de julio y agosto. Durante este periodo son frecuentes las peleas entre los machos que se disputan la hembra y el ganador se aparea con varias de ellas; tanto el macho como la hembra llegan a la madurez sexual a los tres años de edad”, manifiesta.
La veterinaria cuenta que una nidada puede llegar a tener 50 a 80 huevos. “Una vez que nacen los pichones, llamados también charitos, el macho los cría”.