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El doctor Diego Ayala, veterinario, afirma que la copañía de un perro faldero es ideal. Sin embargo, aclara que hay ciertos cuidados a considerar: por ejemplo, la higiene bucal es primordial en las razas como el caniche, cocker o el maltés.
Cooper (foto) tiene un año y es de la raza Lhasa apso, un perro del Tibet, vigoroso y con un temperamento equilibrado. Siempre está en guardia y atento a los mínimos movimientos. Con su cuerpo pequeño, compacto, pero bien proporcionado, puede presentar momentos explosivos y con sus patas cortas tiene un andar simpático. Sus propietarios lo miman sin descanso.
“Los canes falderos se deben acostumbrar al cepillado, desde cachorritos, con dentríficos especiales”, dice Ayala. El fin es evitar acúmulos de sarro, que posteriormente pueden generar enfermedades en la mascota. Es un procedimiento tan importante como el baño y la alimentación diaria”, añade.
Con respecto a los ojos del perro faldero, indicó que “también se cuidan con el lavado de esta zona con ayuda de algodón y té templado de manzanilla. Los oídos serán revisados por el veterinario para corroborar que todo se encuentre en buenas condiciones”.
Refiere que “en días de mucho calor se recurre a un corte de pelo, ya que la mayoría de caracteriza por el abundante pelaje, en especial el maltés”.
Aconseja tener la vacunación al día, el baño cada 15 días y la administración de balanceados de acuerdo a la raza y la edad para el bienestar del canino.
“Por más pequeño que sea deberá conocer las reglas impartidas en la casa. No es necesario el castigo físico, sólo alce la voz y entenderá el mensaje”, finaliza.