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El arquitecto Pericles González informa que “la mejor herramienta contra la humedad es la prevención; la aislación debe estar prevista en el proyecto de construcción y realizarse en cada etapa. Para aislación de paredes y pisos, se coloca material impermeabilizante entre los primeros ladrillos, seguido de un aditivo hidrófugo en el mortero, así como en la base del piso que se desee colocar. Luego, gran parte de la aislación proviene del piso mismo, ya sea cerámico o porcelanato”.
“Para los techos, se debe prestar especial atención a las uniones con las paredes, reforzando con mortero aislante, y terminando con pinturas hidrófugas. Es fundamental el mantenimiento, prestando especial atención al techo y los árboles del entorno, que pueden obstruir canaletas y bajadas, ocasionando acumulación de agua y mayor deterioro”, resalta.
Fabián Gaona, de Tricolor, explica que existe un recubrimiento plástico fibrado para humedad en techos de losas que ayuda a impermeabilizar, de modo de evitar que la humedad que genera la lluvia ingrese al interior de la casa. Se aplica una primera mano en la que se diluye un litro del producto en un litro de agua, se homogeniza bien y se coloca en el techo con un rodillo o pincel.
Mientras que Pablo Medina, asesor técnico de Amanecer, describe que existe una pintura impermeabilizante “elástica” ideal para techos de teja, en color cerámica. Forma una membrana flexible elaborada para soportar dilataciones ante el cambio brusco de temperatura que sufren las tejas y por ende emiten fisuras. El aislante no permite que pase el agua de la lluvia.
“Si se trata de un techo de tejas nuevo, primero se elimina polvo u hollín con una hidrolavadora, que eliminará restos de cemento, aceite, etc. y una vez bien seco se aplica la pintura impermeabilizante por toda la teja. Se recomienda mínimo dos capas, siendo lo ideal tres capas”, finaliza.