Por sobre todo, se debe respetar el carácter de la obra para que haya una armonía con el marco. El marco no debe exceder la relevancia del cuadro.

Es importante conocer la técnica para elegir un buen marco. Si la obra es una pintura al óleo no lleva vidrio encima, en cambio si se trata de un grabado necesariamente debe llevarlo. Otro detalle es elegir el paspartu de los cuadros.

Actualmente, existe una tendencia de líneas rectas y colores puros, blancos y negros en los marcos. Hoy por hoy los grabados adquieren un papel preponderante en la plástica, pero el oleo tiene su sitial ganado.

Los cuadros pequeños con marcos anchos se ven más importantes y adquieren más preponderancia, mientras que los cuadros grandes requieren si o si un marco generalmente ancho de madera lustrada o natural.

Considere que el cuadro especialmente grande e importante sea el único protagonista de la sala. Elija uno que impacte en colorido y sobretodo preponderante. Recuerde que los cuadros chicos se van acomodando sin robar protagonismo al cuadro principal siempre en las paredes laterales. Por ejemplo, en las paredes angostas se puede jugar con una cuadro vertical.

A veces hay paredes que tienen tantos cuadros que ya pierden el encanto al no saber cual mirar. Si son menos cuadros es mejor, y se debe buscar la disposición armoniosa de ellos, sin que se molesten unos con otros para permitir disfrutar de cada uno visualmente.

Dentro de una casa viven personas con gustos distintos, por eso es bueno mezclar para que el estilo refleje esa variedad. Por último, una pared con fotos enmarcadas de la familia también otorga una calidez especial.

Asesoró: Lilian Ojeda de Brusquetti, de Exaedro.