Cargando...
Los pisos y las estructuras son originales, con un inmenso jardín de tacuaras y árboles de más de 50 metros de altura, regado por siete manantiales.La casona solariega de 100 años se halla en una esquina, en Mariscal Estigarribia y Mariscal López, en pleno centro de Areguá; allí hay historias para escuchar sin prisa. Por ejemplo, Lorenzo Eugenio Codas nos contó que hace 80 años nació aquí, en una cama de bronce que todavía conserva. Nos mostró su casa en compañía de su esposa, Carmen Acosta de Codas.
Un mueble antiquísimo formaba parte de un juego de dormitorio completo, con mármol de Carrara, lo llamaban lavatorio. Todavía están la jarra y la palangana que se usaba con agua del aljibe.
Los pisos decorados y las paredes son originales, en algunos sectores hay cielorraso o bovedilla, en ambientes iluminados con lámparas antiguas a querosén, que ahora tienen focos.
El propietario nos guió por las habitaciones mientras rememoraba: "somos siete hermanos, pero yo nací aquí, por eso ellos me dijeron cuando murieron papá y mamá: vos te quedás con la casa. Mi padre fue Lorenzo Eugenio Codas, abogado de gran nota, decano de la Facultad de Derecho". Y su mamá se llamó Aurelia Rivarola de Codas, en cuyo homenaje se colocó un letrero en la muralla: "Villa Aurelia".
"El comedor es muy antiguo, vino de Francia con su aparador y trinchante, con marcos de Carrara. La mesa se agranda a medida que se necesita", dice.
El jardín tiene árboles y tacuaras de más de cincuenta metros de altura, impresionan el verde intenso y la pileta, del área nueva, igual que el quincho. La piscina tiene una lluvia fresca impulsada por agua fresca de los manantiales.
Personalidades en la vecindad
"En esta casa conocí a gente espectacular, a Cecilio Báez, Eusebio Ayala, Manuel Burgos, José Tomás Legal, Belisario Rivarola, que fue ministro del Interior de la época de los liberales; Teodosio González, el autor del Código Penal paraguayo, vivía allí enfrente. Había también un almacencito donde vivía Amalia Estigarribia, hija del Mariscal Estigarribia".
La numerosa familia
Carmen nos contó que tienen cinco hijos, 21 nietos y 8 bisnietos. "Cuando vienen suben a la terraza con su piri a dormir. Disfrutamos la casa y la familia, comemos asado; aquí no hay peligros y los chicos corretean felices de la vida. Para ellos hago el dulce de guayaba, el año pasado hice 40 kilos".
El Ing. Lorenzo recuerda que el tren traía visitantes ilustres: "Una vez subían la loma unos señores, me dijo papá: andá deciles si quieren tomar un refresco, venían con el saco grueso en la mano. ¿Sabés quiénes son?, dijo papá. Yo le dije que les conocía a dos: Eusebio Ayala, presidente de la República; y Angel Medina, que vivía en Areguá. Mi padre expresó que el tercero era Don Enrique Bordenave". Parte de una historia entrañable, relacionada con esta casa, que ya cumplió el siglo de vida.
Mirtha González Schinini.
mirtha@abc.com.py
Fotos: Gustavo Machado.
Un mueble antiquísimo formaba parte de un juego de dormitorio completo, con mármol de Carrara, lo llamaban lavatorio. Todavía están la jarra y la palangana que se usaba con agua del aljibe.
Los pisos decorados y las paredes son originales, en algunos sectores hay cielorraso o bovedilla, en ambientes iluminados con lámparas antiguas a querosén, que ahora tienen focos.
El propietario nos guió por las habitaciones mientras rememoraba: "somos siete hermanos, pero yo nací aquí, por eso ellos me dijeron cuando murieron papá y mamá: vos te quedás con la casa. Mi padre fue Lorenzo Eugenio Codas, abogado de gran nota, decano de la Facultad de Derecho". Y su mamá se llamó Aurelia Rivarola de Codas, en cuyo homenaje se colocó un letrero en la muralla: "Villa Aurelia".
"El comedor es muy antiguo, vino de Francia con su aparador y trinchante, con marcos de Carrara. La mesa se agranda a medida que se necesita", dice.
El jardín tiene árboles y tacuaras de más de cincuenta metros de altura, impresionan el verde intenso y la pileta, del área nueva, igual que el quincho. La piscina tiene una lluvia fresca impulsada por agua fresca de los manantiales.
Personalidades en la vecindad
"En esta casa conocí a gente espectacular, a Cecilio Báez, Eusebio Ayala, Manuel Burgos, José Tomás Legal, Belisario Rivarola, que fue ministro del Interior de la época de los liberales; Teodosio González, el autor del Código Penal paraguayo, vivía allí enfrente. Había también un almacencito donde vivía Amalia Estigarribia, hija del Mariscal Estigarribia".
La numerosa familia
Carmen nos contó que tienen cinco hijos, 21 nietos y 8 bisnietos. "Cuando vienen suben a la terraza con su piri a dormir. Disfrutamos la casa y la familia, comemos asado; aquí no hay peligros y los chicos corretean felices de la vida. Para ellos hago el dulce de guayaba, el año pasado hice 40 kilos".
El Ing. Lorenzo recuerda que el tren traía visitantes ilustres: "Una vez subían la loma unos señores, me dijo papá: andá deciles si quieren tomar un refresco, venían con el saco grueso en la mano. ¿Sabés quiénes son?, dijo papá. Yo le dije que les conocía a dos: Eusebio Ayala, presidente de la República; y Angel Medina, que vivía en Areguá. Mi padre expresó que el tercero era Don Enrique Bordenave". Parte de una historia entrañable, relacionada con esta casa, que ya cumplió el siglo de vida.
Mirtha González Schinini.
mirtha@abc.com.py
Fotos: Gustavo Machado.