Vitaminas en la producción animal - Dr. P. M. Gibert

Las vitaminas son necesarias para mantener la vida del animal, optimizar la rentabilidad, evitar deficiencias marginales, síntomas carenciales y aumentar los indicadores productivos, entre otras de sus funciones biológicas. La suplementación vitamínica es, además, necesaria e indispensable para combinar acciones metabólicas que sin ellas sería imposible la vida y la producción eficiente.

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El uso de las vitaminas en la producción animal, generalmente, se hace sin tener en cuenta las diferentes funciones que las mismas desempeñan en el organismo animal. Hoy en día, el concepto de requerimientos vitamínicos cambia permanentemente y las ventajas de su uso son cada vez mayores. Los requerimientos de cada una de ellas dependen de la especie, la raza o variedad, la edad, el sexo, el estado productivo, el ambiente y el fin comercial entre otros.

Debido a que muchas enfermedades carenciales eran prevenibles con el uso de vitaminas, estas últimas son agregadas a los balanceados sin tener en cuenta las normas de de cada caso para evitar algunas dolencias; caso concreto de la vitamina A para proteger mucosas y epitelios; vitamina E, para prevenir la diátesis exudativa, la encefalomalacia y la distrofia muscular, y otras que también tienen funciones específicas como estas. También son utilizadas las vitaminas para evitar riesgos de deficiencias que comprometen el crecimiento, la conversión y la homogeneidad del lote. En la actualidad, las nuevas tendencias productivas hacen indispensable tener en cuenta cada caso de acuerdo a los requerimientos establecidos.

Se debe tener en cuenta que también son necesarias las vitaminas para fomentar la ganancia de peso corporal, aumentar la conversión alimentaria, aumentar la eficiencia de los alimentos y bajar la mortalidad del lote, que en nuestro medio es muchas veces mayor que la esperada al inicio de la crianza.

Debemos agregar otra virtud de las vitaminas, entre otras más que se irán agregando con el avance de la ciencia, la de aumentar la respuesta inmunitaria y favorecer la calidad de las canales, tanto por su color como por su tersura y distribución de la grasa.

Así como el uso de la vitamina C, tal como lo demostré en 1971, usándola con la vitamina A en avicultura, para aumentar la capacidad inmunitaria, además de que es indispensable en los días de alta temperatura, también lo es el uso de la vitamina E. De la primera ya he hablado de sus virtudes como movilizadora de los microelementos, y de la vitamina E podremos ver que su actividad antioxidante ayuda a estabilizar los ácidos grasos factibles de oxidarse en el metabolismo de las células, debido a que estas tienen rápida reproducción del sistema inmune y fagocitario y son muy sensibles a sufrir daños por la presencia de sustancias llamadas radicales libres, peróxidos y superperóxidos.

La virtud que tiene la vitamina E como agente antioxidante es que actúa sobre la membrana celular, ventaja que se aprovecha para aumentar la inmunidad de los animales.

En últimos trabajos se ha demostrado que la vitamina E tiene la propiedad de aumentar unas sustancias que son glicoproteínas, llamadas interferones, que participan en la defensa inespecífica del animal. En otras palabras, cuando un virus se introduce en una célula y la parasita, el material genético del virus desencadena una producción de interferones por parte de la célula, los cuales salen de esa célula y se ubican en las células vecinas para ayudar a disminuir la invasión viral y así evitar en lo posible la producción de la enfermedad.

Para aumentar las virtudes de la vitamina E —que no solo es indispensable en los animales, sino también en los seres humanos— diremos que los últimos estudios laboratoriales y de campo han comprobado que la vitamina E tiene significativa actividad sobre la disminución de la producción de colesterol en el organismo cuando esta vitamina es administrada por vía oral, durante o inmediatamente después de cada comida.

Como podemos apreciar, el uso de las diferentes vitaminas en la producción animal no debe ser solo una costumbre, se deben conocer, antes de realizar cualquier fórmula balanceada, los requerimientos de cada especie animal y cada raza en especial.

Es conveniente tener el asesoramiento de un nutricionista para que compense en cada caso los requerimientos de vitaminas y minerales, ya que en muchos casos van de la mano, como la vitamina E y el selenio.

“La educación es la base del desarrollo de las comunidades”. p.m.g.

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