Uso de la energía solar

La energía solar puede ser almacenada como corriente eléctrica en baterías, en grandes piedras, para mantener el calor o usarla directamente para calentar o cocinar. Su uso en los lugares donde se carece de energía eléctrica, o el combustible es caro, es una herramienta fundamental para cocinar o conservar alimentos.

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Dr. P. M. Gibert

La energía solar puede ser utilizada mediante el uso de simples instrumentos fabricados especialmente para tal fin. En el kilómetro 21 de la ruta 1, que va de Asunción a Encarnación, hay un equipo de técnicos encabezado por el Ing. Juan Claudio Pulfer y Cesarino Benítez Ibarra, quienes han diseñado y construido equipos de alto rendimiento utilizando la energía solar.

Estos trabajan en el Centro de Desarrollo de Energía Solar (CEDESOL). Con sistemas de espejos concentradores de diferentes formas, logran concentrar la energía calórica del sol en un punto donde colocan una hornalla para cocinar alimentos. Con la pantalla parabólica se pueden alcanzar temperaturas de 250° C a 300° C, lo cual es suficiente para lograr la cocción de cualquier comida.

El horno solar, de sencillo diseño, permite obtener temperaturas de 130° C a 150° C, en días de sol pleno. Además de las estructuras utilizadas, se debe tener en cuenta que los utensilios o recipientes en los que se va a cocinar deben estar pintados de negro mate externamente, para facilitar la acción de los rayos solares; con este color se obtiene mejor rendimiento. Los recipientes pueden ser de aluminio, enlozado, hierro o vidrio templado. Con este sistema de cocción se mantiene mejor el color de las verduras y el gusto es muy especial, ya que no tiene vestigio de combustible.

Los secaderos solares pueden ser construidos en forma sencilla, con materiales de la finca; en ellos se puede secar toda clase de alimentos, hierbas, frutas o carnes. La técnica consiste en lograr que los rayos del sol pasen por un plástico opalescente para disminuir los efectos de los rayos ultravioletas y dejen pasar los infrarrojos que son los que calientan y secan, sobre los elementos a secar.

Las ramas de mandioca, ka'a he'e (stevia), orégano y plantas medicinales se secan dentro de las 48 horas. Las frutas llevan más tiempo: la ciruela o la banana demoran unos 4 a 5 días de sol. El tomate cortado en finas rodajas se seca dentro de las 72 horas, luego es triturado y conservado en polvo, si se quiere. El perejil mantiene todo su color y sabor.

Las hornallas de bajo consumo de leña están diseñadas en chapas reforzadas, las cuales contienen material refractario que permite retener mejor el calor dentro de la hornalla. Este sistema permite cocinar con cualquier leña seca prácticamente sin producir humo por el diseño.

A la misma, se le coloca encima un horno especialmente adaptado a la hornalla que deja pasar el calor por el interior del mismo. La capa que da al interior del horno es de acero inoxidable para reflejar el calor y permitir un dorado especial de las comidas. En el medio superior tiene una chimenea que permite la regulación de la temperatura interna con una simple mariposa manual.

La leña obtenida de la poda de un árbol mediano alcanza para abastecer durante un año las necesidades de esta hornalla. Hice experiencias con frutos de coco seco, tiene mucho calor, pero produce algo de humo.

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