Situación económica de la agricultura en el Paraguay - Econ. Manuel Ferreira Brusqueti (*)

Ya no es noticia que los precios internacionales de los principales commodities agrícolas están a la baja, resultado de una sobreoferta o, más específicamente, un sobrestock de los granos, entre ellos, la soja, el maíz y el trigo. Dicha situación choca frontalmente con la economía del agricultor que, pese a su elevado rendimiento en el campo durante esta zafra, asumió compromisos financieros que le serán difíciles de cumplir, teniendo en cuenta la asimetría entre el valor del producto en sí mismo y los costos de producción.

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A lo largo del tiempo existió una demanda persistente por los commodities agrícolas (proteínas de origen vegetal: soja, maíz y trigo), sin embargo, hoy en día, se presentan dos problemas principales vinculados al sector; por un lado, la gran oferta de granos, generada en los últimos cuatro años aproximadamente -alrededor de cuatro campañas exitosas, en el hemisferio norte y sur- que prácticamente duplicó los stocks de remanentes a nivel mundial y, por otro lado, la baja del precio del petróleo.

Las circunstancias por las que atraviesa el agricultor extensivo se transformarán en cuanto se consuman los stocks de granos y se presenten una baja en la oferta, tal como ocurrió en años anteriores, en el 2011, por ejemplo. Actualmente, el agro está atravesando por los precios más bajos de su historia y, por consiguiente, se va hilando un progresivo ajuste de costos, tanto en el precio de los fertilizantes como en el de los agrodefensivos para las futuras campañas.

 

 PRECIO DE INSUMOS AGRÍCOLAS

 

El valor de los insumos agrícolas (fertilizantes, agrodefensivos, entre otros) está bastante desvinculado de los precios del producto final (grano cosechado). El sector está atado al precio del petróleo, y existe una concentración muy grande de productores que adquieren determinados fertilizantes y agroquímicos, por lo que el tiempo de ajuste de estos precios es mucho más largo del que le toma ajustarse al producto final. Esta situación promoverá pequeñas bajas en algunos productos, lo cual se profundizará a medida que pase el tiempo. Esto otorgaría un margen relativamente interesante al agricultor si no existiesen los niveles de endeudamiento presentes en el sistema financiero.

 ENDEUDAMIENTO

 

El nivel de deuda del agricultor, hoy en día, es muy elevado y fue generado en los momentos de alta rentabilidad de los cultivos (periodos en que los commodities tenían un buen precio en el mercado internacional). Es posible que el endeudamiento se haya dado por la adquisición de maquinarias agrícolas y campos para la producción, fundamentalmente. Esta decisión fue trascendental en la generación de ese pasivo. Según las propias entidades financieras, la deuda total del sistema oscila los USD 1000/ha, que representa un pasivo importante para el sector agrícola en general y los bancos.

Hoy, muchos productores tendrán que liquidar activos (vender propiedades, por ejemplo) para poder hacer frente a los compromisos que han hecho porque, con los recursos generados en la producción, no podrán pagar sus créditos.

 CONTRAPARTIDA

 

Al tiempo que existe un endeudamiento por parte del productor, quien se ve obligado a vender sus activos, se presenta una gran oportunidad para otros actores en el campo de juego, quienes podrán adquirir dichos activos. Estos compradores pueden estar fuera del sector agrícola o ser agricultores financieramente mejor posicionados. Los últimos son productores que fueron más prudentes a lo largo del tiempo, quienes supieron utilizar sus propios recursos como insumos y se han provisto de un stock de maquinaria razonable, sin malgastar en implementos muchas veces innecesarios. Este tipo de personas tendrá excelentes oportunidad en los próximos años.

 ACCIONES DEL BCP

 

El Banco Central del Paraguay ha confeccionado todo un programa de reestructuración financiera en torno al problema del agro, aunque se ajustará simplemente a cierto número de productores. Habrá un grupo más pequeño que, a pesar de la adecuación de refinanciamiento, no podrá hacer frente a los compromisos asumidos. Estos agricultores son lo que liquidarán sus activos, lo cual repercutirá, consecuentemente, en los precios de la tierra, que tendría una baja en los próximos meses.

VALOR DELA TIERRA

 

La rentabilidad promedio del productor agrícola oscila los USD 300/ha, por ende, sería razonable vincular ese margen al precio de la tierra, como ocurre a nivel mundial. Sin embargo, los valores llegaron a establecerse en relación con una rentabilidad superior a los USD 1000/ ha. Esto quiere decir que, en vez de pagar una tierra a un plazo de 10 y 20 años, se hace a 60 años, lo cual no tiene sentido económico. A partir de la coyuntura actual, deberán recalcularse los precios con tasas de rentabilidad acordes.

 ALTERNATIVAS PALIATIVAS

 

El agricultor en el Paraguay ha metido todos los huevos en una sola canasta, por lo que va a ser necesaria una propuesta de diversificación de la producción. El país, a pesar de ofrecer una estructura climática que permite desarrollar secuencialmente cultivos de soja, maíz zafriña y trigo de invierno, requiere ampliar el abanico de posibilidades. Hay que pensar en otros productos. En el caso de Alto Paraná, se plantean proyectos muy interesantes, como la cría de cerdos, considerando que estos animales son buenos convertidores de proteína vegetal a animal. La cría de aves es otra opción. Le puede seguir la fruticultura e, incluso, volver al cultivo de yerba mate. La diversificación permitirá al productor pararse sobre varios pies en el esquema nacional.

 

 (*) Presidente de Investor – Disertante en el Agroshow Copronar 2016

 

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