Otras plantas que también son abonos verdes, pero que pertenecen a otras familias son: el girasol, el nabo forrajero, la espergula y el cártamo.


FORMA DE PRODUCCION


Primeramente, se debe decidir dónde cultivar el abono verde y elegir las especies más adecuadas a la zona, la época y su combinación con cultivos de verano o con otros abonos verdes. Los abonos verdes deben ser sembrados conforme a la época.


EN PRIMAVERA-VERANO


En asociación con maíz: esperar que el maíz comience a florecer y sembrar dos hileras de abonos verdes en cada melga de maíz (esto se aplica para mucuna ceniza, canavalia, kumandá yvyra’i y crotalaria) y entre plantas a 40 y 50 centímetros.


En asociación con mandioca (rama): sembrar el abono verde una vez que se haya realizado la segunda carpida. Sembrar la canavalia o la mucuna enana en cada melga del cultivo de mandioca y entre platas de 30 a 40 centímetros.


EN OTOÑO-INVIERNO


Como cultivo de cobertura (invierno): Para la avena negra, avena blanca, acevén, centeno, vicio y nabo forrajero, se puede realizar la siembra al voleo e incorporar con rastra de púas (tracción animal).


Para lupino, arveja forrajera y cártamo se pueden abrir surcos y sembrar a chorrillo, o sembrar en hoyos separados entre sí 50 cm cada hilera y 30 cm entre plantas.


COMBINACIONES


Es importante tener en cuenta que pueden sembrarse juntos dos y tres abonos verdes de invierno, sugiriéndose las siguientes combinaciones: Avena negra+nabo forrajero; avena negra+lupino; avena negra+vicia+avena negra+lupino o nabo forrajero (excelente cobertura); avena negra+girasol+vicia; sorgo forrajero+centeno.


INCORPORACION


Una vez finalizado el ciclo de los abonos verdes, se pueden incorporar al suelo por medio de rastra de discos, o tumbarlos con rolo cuchillo u otros elementos útiles disponibles en la zona para el efecto.





Fuente: Proyecto J. Green