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Ocurre que su utilización masiva se ha generalizado, siendo un material económico de amplia variedad de usos. Pero hay que tener muy en cuenta que tarda años en descomponerse, según la composición del material, por lo que se hace necesario realizar campañas de sensibilización y educación dirigidas a la ciudadanía, para minimizar su utilización y emplear alternativas más ecológicas como sustituto.
EN LA ACTUALIDAD
Es así que hoy en día su uso se ha extendido en botellas para agua, jugo, gaseosa, detergente, champú, crema, aceite y vinagre; en bolsas para residuos; sandalias, botas, capas, jeringas, vasos de licuadoras, cepillos de dientes, escobas y peines; envases de alimentos, y en la industria automotriz, electrónica, informática y otros. Su amplia difusión y utilización obedece a que es económico, duradero, liviano, resistente e irrompible en muchos casos y actúa como aislante acústico y eléctrico. Sin embargo, tiene varias desventajas y plantea riesgos para la salud y el medio. La mayoría de los plásticos se obtienen a partir de derivados del petróleo, un recurso natural cada vez más caro y agotable que se debe cuidar. Como tiene una reducida capacidad de degradación, el plástico si es arrojado al medio, permanece como desecho durante cientos de años, con las consecuencias de contaminación para el agua y el suelo; además, libera gas metano a la atmósfera, sin dejar de lado el riesgo que representa para la salud de los animales que lo confunden con alimentos y que al ingerirlos terminan por morir. De este modo y con un mal manejo, el plástico produce toneladas de residuos contaminantes. En este contexto, se tienen que hacer campañas de difusión masiva para alertar su peligro y plantear productos reciclables o más duraderos para su empleo, como son las bolsas biodegradables, de papel y tela; envases de vidrio, que en un principio parecen ser más costosos, pero son más saludables y amigables con el ambiente.
LAS TRES R Para hacer frente al grave problema que representa la generación de residuos plásticos, existen tres estrategias que apuntan a que los plásticos se reciclen, reduzcan en su producción y uso y, además, se reutilicen en la medida de lo posible. Esto es válido también para otro tipo de desperdicios. Reducir: se refiere a evitar la excesiva envoltura y empaquetado de productos, incluso con bolsas de plástico. En este caso, una buena alternativa es utilizar bolsas de tela en lugar de las de plástico y disminuir la cantidad de residuos que se arrojan en la vía pública, parques, avenidas e improvisados vertederos. Reutilizar: es aplicable a cajas de transporte de botellas o envases de alimentos, tarros y envases que son de larga duración, y que pueden ser rellenados con otros alimentos, líquidos o productos una vez lavados. También sirven como recipientes para el cultivo de flores, plantas medicinales y aromáticas, y hortalizas para el consumo y decoración con plantas de jardín en la casa. Así se les saca mayor provecho y se generan menos residuos, disminuyendo su perjudicial impacto ambiental.
Reciclar: es un proceso mediante el cual los desechos plásticos son recolectados y transformados en nuevos materiales que pueden ser otra vez utilizados o vendidos como nuevos productos o materias primas. El reciclaje de plástico supone un importante ahorro de energía (hasta 84 %). Por cada kilogramo de plástico reciclado se ahorra 1,5 kg en emisiones de anhídrido carbónico (CO2), uno de los principales gases que contribuye al calentamiento atmosférico. PARA RECORDAR Las bolsas y envases de plástico son contaminantes perjudiciales para el ambiente. Alrededor de 6.000.000 ton. de basuras llegan a los océanos, de los cuales entre el 60 % y 80 % son plásticos. Más de 100.000 animales mueren por confundir estos plásticos con alimentos e intentar ingerirlos. El reciclaje de una tonelada de envases de plástico o dos toneladas de tetrabriks equivalen a un ahorro de una tonelada de petróleo. Cada año se consumen en el mundo más de 100.000.000 ton. de plástico, de las cuales el 75 % se convierte en basura luego de su uso. La fabricación de plástico y su quema liberan en la atmósfera sustancias cancerígenas llamadas dioxinas. CONCLUSIÓN Entre los especialistas existen coincidencias de que al ser un producto nocivo para la salud y el ambiente, la efectiva solución consiste en evitar o minimizar al máximo la utilización del plástico de “usar y tirar”.
(*) Especialista en Comunicación Rural.