Cargando...
La reforestación es una práctica destinada a repoblar zonas agrícolas, pecuarias o forestales que antes estaban cubiertas de bosques, pero que fueron eliminados por causas naturales (incendios forestales) y por la acción del hombre, como corte y venta de rollos, carbón, agricultura y ganadería. A nivel de las ciudades y áreas pobladas, se puede hablar de arborización de espacios públicos y privados, sea en las plazas, paseos centrales; orillas de lagos, arroyos, ríos y lagos, áreas recreativas, frentes y fondos de las escuelas y colegios, casas y comercios que cuenten con espacio suficiente para plantar arbolitos y cuidarlos. En el caso de la reforestación, se persigue un objetivo más bien económico-ambiental: la recuperación de suelos degradados o agotados para su uso en ganadería o agricultura; también para un aprovechamiento comercial de la madera, como es, por ejemplo, la reforestación con eucaliptos. En otros casos, recuperar y preservar la vida de especies animales amenazadas, proteger fuentes de agua también en peligro de contaminación o deterioro, sea a orillas de ríos, arroyos, lagos. Con la arborización, lo que se busca es despertar el interés de los habitantes en la plantación de arbolitos y su cuidado, principalmente por sus beneficios estéticos y ambientales, de armonía y belleza paisajística que justifican su existencia. Por lo general, los emprendimientos de arborización cuentan con la participación activa de profesores y alumnos de colegios y escuelas, municipalidades, empresas privadas como bancos, cooperativas, medios de comunicación como ABC Color y asociaciones creadas para fomentar y desarrollar esta actividad.
¿CÓMO PLANTAR UN ARBOLITO?
Hacer un hoyo de unos 40 cm de ancho y largo por 40 cm de profundidad. Estas medidas dependerán del tamaño de la plantera o maceta que contiene al plantín. En el fondo del hoyo, se puede colocar un poco de tierra mezclada con abono natural (estiércol de vaca o aves bien descompuesto, compost, cascarilla de arroz, abono de hojas descompuestas). Se retira el arbolito de la maceta o recipiente que lo contiene, cuidando mantener el pan de tierra con las raíces. Se coloca con cuidado el arbolito con el pan de tierra y las raíces sin doblar, comprobando que quede en el hoyo, a la misma altura que tenía en la maceta o plantera. Se rellena con tierra alrededor del hoyo, presionando con suavidad hasta conseguir la debida nivelación y compactación con la superficie del suelo. Luego se riega con agua potable y limpia, repitiéndose los riegos de acuerdo a las condiciones climáticas. Conviene colocar un tutor próximo al arbolito, a fin de protegerlo de los vientos y evitar que se incline. El tutor puede ser de tacuara, palo de escoba u otro similar, con una altura de 1,20 a1,50 my que se fija o clava a unos 15 a 20 cm de profundidad y por el cual se sujeta el arbolito con cierta holgura, usando cinta o hilo de algodón.
CONCLUSIÓN
La reforestación y arborización surgen como alternativas para estimular una conciencia ambiental en la población en general y en los productores agropecuarios en particular. A nivel rural, se contribuirá al equilibrio de los ecosistemas, de la biodiversidad, de los recursos naturales y será posible minimizar los efectos del calentamiento global. A nivel urbano, urge cuidar con esmero y dedicación los árboles que todavía se tienen y plantar arbolitos donde haga falta, con miras a mejorar la conservación del ambiente y elevar el bienestar general de la población, disminuyendo el valor de la huella del carbono en el país. Al Gore, político y ecologista norteamericano, dijo: “Los árboles son parte de la solución contra el cambio climático, el mayor problema que nunca hemos enfrentado”.
(*) Especialista en comunicación rural