Recursos forrajeros del Paraguay

Los recursos forrajeros destinados a la producción ganadera existentes en el país son variados y diferenciados según sus orígenes, características y funciones. Existen praderas, pasturas cultivadas de pastoreo, pastos de corte, forrajes conservados en forma de heno o ensilaje. La producción de estos recursos se expresa en forma de pasto, y en el proceso de producción de los mismos participan elementos simples, muy abundante en la naturaleza como el oxígeno y carbono del aire, el hidrogeno del agua, los minerales del suelo y la energía del sol.

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Podemos afirmar que las plantas forrajeras crecen solas. El pasto constituye el principal alimento del ganado, que le permite vivir, reproducir, crecer; y producir carne y leche. Además de satisfacer los requerimientos del volumen, le provee de los nutrientes necesarios para cumplir sus funciones vitales y de producción. En el pasto se encuentran los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas, los minerales, las vitaminas y el agua que son transformados mediante el metabolismo del animal en huesos, músculos, grasas, leche u otros productos. Una ganadería productiva se encuentra indefectiblemente dependiente de la abundante disponibilidad de pasto, del consumo del mismo en el momento en que se manifiesta su mejor calidad, y que los animales que los consuman sean aptos para lograr el óptimo aprovechamiento del mismo.

LAS PRADERAS
Las praderas constituyen extensiones de tierras cubiertas por vegetación herbácea, gramínea, leguminosas y cyperáceas; principalmente, capaces de proveer albergue y alimento del ganado. Las praderas constituyen una de las formaciones vegetales existentes en el planeta generadas por la interacción de los otros elementos físicos y biológicos existentes, como la fisiografía, el suelo, el clima y la fauna. Las praderas se encuentran localizadas en áreas donde existen condiciones climáticas caracterizadas por deficiencias de agua, clima subhúmedo, o deficiencias edáficas. En general, las praderas predominan en planicies y depresiones, en las cuales existen fuertes limitaciones de drenaje y aireación del suelo; o en lomadas o serranías, donde los suelos son muy superficiales o fuertemente ácidos. En el Paraguay fue definida la existencia de trece clases de praderas, 14.330.000 Has, -34% de la superficie del país-, distribuidas en 5.770.000 Ha. en la Región Oriental y 8.562.900 Ha. en el Chaco. En estas clases se incluyen las formaciones de praderas típicas y formaciones de sabanas. Thomas S. Darrow reconoce la existencia de siete clases diferentes de praderas y sabanas. Estas formaciones vegetales predominan en áreas colindantes con el río Paraguay, departamento de Pdte. Hayes en el Chaco; Ñeembucú, Cordillera, Central, San Pedro y Concepción, en la Región Oriental. También predominan en los departamentos de Paraguarí, Misiones, Guairá y Caazapá. Por la predominancia de estas formaciones, estos constituyeron zonas ganaderas tradicionales del país. La calidad del forraje producido por estas praderas, en general no satisfacen los requerimientos nutricionales de las diferentes categorías de animales que componen el hato ganadero, razón por la cual la productividad del ganado, en general, es baja.

CLASES DE PRADERA
Región Occidental: Esta región posee una superficie de 24.692.500 Ha., de las cuales unas 11.400.000 Ha. están ocupadas por formaciones vegetales de praderas y sabanas. De acuerdo a las manifestaciones de los factores ambientales predominantes -clima, fisiografía, suelo y vegetación-, el Chaco se encuentra divido en tres grandes subregiones: 1) Bajo Chaco. 2) Planicie de derrame del río Pilcomayo. 3) Chaco Seco.

Las praderas y sabanas están localizadas en las dos subregiones citadas en primer orden. Se diferencian los bañados, los esteros, la sabana palmar, la sabana de prosopis (espinillar, viñalar, algarrobal) y los espartillares.

LOS BAÑADOS
Los bañados ocupan los lugares deprimidos, donde la profundidad del agua es superficial, y donde alternan periodos de sequía y creciente. Suelos hidromórficos, arcillo-limosos, impermeables con desagüe lento; alto contenido en materia orgánica, calcio, fósforo, potasio y pobremente aireados. La vegetación está compuesta por gramíneas de alta calidad forrajera. En esta predomina el pasto clavel, Hemarthria altísima, Paspalum lividum, Eriochloa punctata, el camalotillo, Leerzia exardra, Panicum elephantipes, el capi’i pe, Cynodon dactilon. Los bañados están bordeados por sabanas donde la vegetación leñosa está constituida por la palma y la aromita, principalmente. La producción forrajera varía alrededor de 4.400 Kg/Ha. de materia seca, con una receptividad de 0,3 UA/Ha.

ESTEROS
Los esteros ocupan lugares más deprimidos, y se encuentran cubiertos por agua de mayor profundidad por mayor periodo de tiempo. Suelos iguales a los bañados. La vegetación de estrato superior está compuesta por el pirí guasú, Cyperus giganteus, Totora, Thypa Latiforlia y peguajó, Thalia geniculata y Thalia multiflorum.
La vegetación del estrato bajo también está constituida por plantas de alta calidad. Pasto Clavel, camalotillo, capi’i pe. La producción forrajera es de 7.000 kg./Ha con una receptividad de 0,25 UA/Ha.

SABANAS PALMAR
Las sabanas palmar-prosopis ocupan lugares de transición entre la depresión, bañados y esteros; y las lomadas, espartillares y bosques. Son afectadas por inundaciones de corta duración, alternadas por periodos secos y de crecientes. Suelos hidromórficos planosols, de color gris franco-limoso, con subsuelo arcilloso impermeable; con drenaje, permeabilidad y aireación bajos. También bajos en materia orgánica, medio en fósforo y alto en calcio y potasio.
La vegetación herbácea está constituida por especies erectas matosas, paja amarilla, Sorghastrum agostoides, capi’i jovy, Paspalum pauciciliatum, cortadera (Panicum prionitis; y pastos rastreros como el Paspalum alcalinum, P. almun, Cynodón dactilum, Eniochloa punctacta. La vegetación leñosa está compuesta, según la zona, por el vinal, el agarrobillo, el agarrobo, labón, aromita y la palma. La producción forrajera es de 4.000 Kg/Ha. con una receptividad de 0,33 UA/Ha.

SABANA ESPARTILLAR
La sabana espartillar ocupa, juntamente con las islas de bosques, los lugares fisiográficos más altos. Poseen suelos franco-arenosos de variable profundidad, que descansan sobre subsuelo arcilloso salino. No son afectadas por inundaciones. Predominan ambientes secos, poseen aptitud agronómica que permite sostener cultivos de plantas más exigentes como sorgo, algodón, caña de azúcar, pasto elefante, batata, maní y otros. La producción forrajera está constituida casi en su totalidad por el espartillo, Elyonorus latiflorus, y varía alrededor de 2.800 kg./Ha con una receptividad de 0,20 a 0,25 UA/Ha. El espartillo suele estar asociado con el espinillo, el algarrobo o la palma.


PRINCIPALES LIMITACIONES DE
LAS PRADERAS DEL CHACO
- Sequías e inundaciones. Dificultad de ajuste de carga.

- Falta de pasto en periodos de sequías, y dificultad del uso del pasto en periodos de inundaciones.

- Enmalezamiento de potreros. Disminución de receptividad.

- Dificultad de manejo del ganado por presencia de vegetación leñosa, (bosques-malezas leñosas).

- Incidencia de parásitos extremos, moscas, mosquitos y tábanos.

- Manejos extensivos.


VENTAJAS DE LAS PRADERAS DEL CHACO
- Alto contenido de minerales. P-Ca-Mg, elementos fundamentales para la producción del ganado.

- Pastos que no encañan.

- Pastos de alta digestibilidad, camalotillo y clavel.

- Ecosistemas estables o en sucesión.

- Productividad del ganado medial alta. Existencia de leguminosas forrajeras nativas.
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