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Una vez que se tiene en cuenta el factor agua en la cría y desarrollo de ganado vacuno de carne deberán considerarse aspectos relativos al recurso vital, como la salinidad, alcalinidad, elementos tóxicos, además del almacenamiento y abastecimiento durante el año.
SALINIDAD
Está demostrado que un grado de salinidad adecuado en el agua de bebida disminuye la pérdida por evaporación –tanto del animal como los seres humanos– y, por ende, la necesidad de la ingesta.
De acuerdo a datos fisiológicos, el principal factor sería la pérdida de cloruro de sodio, que si no es repuesto por el agua de bebida u otro mecanismo, obliga a un consumo excesivo de esta.
Existen varios datos bibliográficos acerca del punto óptimo de salinidad para el ganado vacuno, y algunos autores indican que la tolerancia para el consumo va desde 1,3 hasta 1,5 g de sal por litro, mientras que otros admiten como válidas escalas que van de 2 a 10 g/l.
ALCALINIDAD
Las aguas, en todos los casos, están fuertemente cargadas con bicarbonatos alcalinos, y la reacción de esta a la salida del pozo es, generalmente, inferior a 8,2 pH. En cambio, en los tanques de almacenamiento, y en grado aún mayor en los bebederos, el pH es netamente alcalino con valores superiores a 8,2. El pH del agua varía según el grado de insolación que produce la eliminación del contenido de anhídrido carbónico, lo que origina una brusca alza.
Lo mismo ocurre con los días de baja presión, en los que el anhídrido carbónico disminuye su capacidad de disolución. El carbonato alcalino –que es mucho menos soluble que el bicarbonato– produce el enturbiamiento del agua con el viento norte, baja presión y alta temperatura e insolación, o sea, con brusco aumento de la alcalinidad. Este factor hace que el ganado vacuno no pueda tomarla y deba esperar que cese el viento o se haga de noche para poder beber.
Una observación científica muy curiosa indica que a pH superiores a 8,2, las plantas no pueden absorber agua. Un fenómeno muy similar es posible que ocurra con los animales.
Vinculado también a este problema se encuentra el fenómeno de la destrucción de las válvulas de los bebederos del ganado en su intento de tomar directamente el agua a la salida del caño. Esta es mucho menos alcalina que en el extremo opuesto del bebedero, debido a su menor insolación y, por lo tanto, calentamiento.
ELEMENTOS TÓXICOS
En cuanto a aspectos microbiológicos, físicos y químicos, el agua de bebida debe estar exenta o contener niveles aceptables de salubridad. Cualquier contaminación con coliformes fecales, estreptococo y salmonellas; agentes químicos, principalmente los sulfitos, amoniaco, nitratos, nitrito, sulfatos, hierro, clorato de sodio y bajo pH, tornan el agua impropia para el consumo del ganado vacuno.
En cuanto al consumo o cantidad, varios factores son importantes: el consumo de materia seca, la temperatura ambiente, las condiciones fisiológicas del animal, sexo, raza, edad, nivel de nutrición, entre otros. Los animales más pesados ingieren más agua, porque consumen mayor materia seca. Lo mismo ocurre con las vacas preñadas en lactación, que también la requieren más que las vacas vacías y secas, para atender las exigencias de su estado físico.
Existe un paralelismo muy importante a tener en cuenta entre el consumo de materia seca y el consumo de agua, que es del orden de 3 a 4 l/kg de materia seca ingerida (1 kg de materia seca es igual a 5 kg de pasto verde).
La temperatura del agua de bebida puede tener importancia en condiciones de estrés, tanto por el calor como por el frío. En condiciones de temperaturas ambiente alta, ella puede ser usada para liberar energía del organismo; mientras que en condiciones frías, puede usarse para economizar energía.
OBTENCIÓN DEL AGUA
En la mayoría de los casos, se obtiene de las lluvias, principalmente en aquellas zonas hostiles. Cada milímetro caído equivale a 10 m3 de agua por hectárea. Un promedio de 700 mm de lluvia anual, indica unos 7000 m3/ha, es decir, unos 7.000.000 l. Con esto se producen todos los pastos y, luego, como subproducto, la carne.
Como la característica fundamental del clima tropical y subtropical es su variabilidad extrema, a poco que falten las lluvias, se hace difícil la producción ganadera. Solo en circunstancias excepcionales y áreas restringidas, el exceso de agua puede ser un problema. Lo corriente es precisamente lo contrario.
El líquido apto para el consumo puede obtenerse de distintas fuentes, según las condiciones propias de cada caso en particular.
MEDIOS PARA LA OBTENCIÓN DEL AGUA
Molinos: son equipos que, accionados por el viento (energía eólica), sirven para extraer el agua de las napas subterráneas.
Bombas de mano: el aparato más simple y económico para la extracción del líquido de las napas subterráneas es la bomba de mano. Su aplicación está limitada al uso doméstico.
Motobombas: se basan en el mismo principio que las bombas de mano, con la diferencia de que la fuerza es proporcionada por un motor.
Bombas centrífugas: el mecanismo principal de una bomba centrífuga es un disco previsto de paletas conectado al caño colocado dentro de una perforación que alcanza a la napa subterránea. Según la potencia de su motor y la capacidad de las bombas centrífugas, pueden alcanzar hasta 100.000 l de extracción por hora. Hoy, otras bombas centrífugas, transportables, se utilizan para la elevación del agua de tajamares y represas mediante el acople de mangueras flexibles.
ALMACENAMIENTO DEL AGUA
Los “silos de agua” son tan necesarios en la región semiárida y subhúmeda oriental como en todo el Chaco. Los principios y las técnicas son bien conocidos por los profesionales competentes; además, existen las máquinas adecuadas.
A efectos de su posterior suministro y distribución, el agua puede almacenarse en represas, tajamares, tanques australianos y pozos o aljibes.
ABASTECIMIENTO DEL AGUA
Generalmente, para el consumo doméstico, el agua se extrae en la proximidad de las viviendas mediante bombas eléctricas. Otras veces, a través de cañerías, se la deriva del tanque de almacenamiento para su uso.
En el caso de los animales, el ganado abreva el agua en surtidores artificiales llamados bebederos, que son recipientes cuya altura, capacidad y construcción dependen del sistema empleado, y la población animal existente.
En sistemas en los que los bovinos acuden al bebedero varias veces al día, lo más importante es la cantidad de agua despejada por la boya, que la capacidad de reserva de agua del bebedero propiamente. Estos deben abastecer de 5 a 10 % del rebaño por vez.
En cuanto a la construcción del bebedero, es fundamental que cuente con una buena base y se ubique a una altura algo mayor que la del campo circundante, para posibilitar que el agua derramada por los animales corra sin acumularse al pie, evitando la formación de barro y consiguiente erosión del lugar.
CONSIDERACIONES RESPECTO A LOS BEBEDEROS
Número de animales reunidos en el grupo.
Tamaño medio del grupo.
Composición racial.
Sexo.
Época del año.
Tiempo de permanencia de los animales con acceso al bebedero (acceso a otras fuentes de agua).
Cantidad del suplemento y materia seca disponible para la alimentación animal.
BEBEDEROS BAJO SOMBRA
Como hemos mencionado anteriormente, es fundamental proveer a los bebederos de reparos a la sombra, pues el pH varía según el grado de insolación que origina una brusca subida del pH del agua por la eliminación de anhídrido carbónico. A pH superiores a 8,2, los mamíferos y las plantas no pueden absorber agua (células oxinticas del estómago poseen 0,8 pH). El anhídrido carbónico enturbia el agua en los tanques y bebederos.
(*) Especialista en producción animal