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No obstante, hay que tener presente que el carbón vegetal es una energía renovable pero no limpia, porque durante su combustión libera gases de efecto invernadero y otros que componen la lluvia ácida, contribuyendo a la contaminación ambiental. Por ser un combustible que se obtiene de la madera, los bosques deberían manejarse con criterios de sostenibilidad, para evitar la tala irresponsable de los árboles y los efectos negativos en el ambiente, sobre los recursos naturales y la biodiversidad. Además, la acentuada deforestación que ocurre en el país con fines ante todo comerciales, debería fortalecer la producción sostenible y responsable de este producto.
USOS
La producción y uso de carbón vegetal tiene importantes impactos ambientales; además de consecuencias para la salud humana. En muchos hogares e incluso en pleno micro centro, es posible observar desde braseros; improvisadas parrillas preparadas con las mitades de los tambores; hasta hornos hechos con distintos metales, en los que se cocinan platos típicos como el asadito, mbejú y otros que forman parte de la alimentación diaria de muchas familias urbanas y rurales. En parte, su ventajoso precio, en comparación al de otras fuentes como el gas licuado de petróleo y la energía eléctrica, han contribuido a su difusión y uso.
MATERIA PRIMA
Los productos del raleo de los árboles; de las limpiezas de la vegetación y arbustos que crecen bajo los árboles y las ramas muertas, pueden ser utilizadas como materia prima para la fabricación de carbón. Pero este producto vegetal tiene otros usos: la ceniza que resulta de su combustión se emplea como repelente para hormigas y como abono en los jardines y huertas; se puede utilizar para la purificación de aguas; en la preparación de pigmentos, de caucho y como componente de alimentos balanceados para animales; entre otros.
IMPACTOS AMBIENTALES
Una de las consecuencias es la deforestación, en particular cuando su producción no está planificada o no forma parte de una política energética sustentable. Además con su quema, el carbón libera gases nocivos y contaminantes, como los óxidos de azufre y nitrógeno, que forman parte de la lluvia ácida y acentúan el efecto invernadero. La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire, se combina con los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre que se liberan con la quema del carbón y otros, formando ácido sulfúrico y ácidos nítricos que son arrastrados por los aguaceros, chaparrones y precipitaciones en general; de ahí el nombre de lluvia ácida. El efecto invernadero, ocurre cuando ciertos gases incluyendo los que emite la quema del carbón, al encontrarse en mayores proporciones en la atmósfera, retienen parte de la energía solar que la Tierra recibe y reenvía al espacio. El fenómeno es similar al que se produce dentro de un invernadero de plantas; de ahí su nombre.
CONCLUSIÓN
La falta de sensibilización y el afán de lucro desmedido contribuyen a que en definitiva sean con la producción y consumo de carbón, los recursos forestales; el aire que se respira y la salud de las personas, los más afectados. Por algo en otros países se regula su importación, se atiende a su trazabilidad; y se difunden otras tecnologías como la eólica y la solar tanto para la producción agroindustiral como para consumo doméstico.
(*) Especialista en Comunicación Rural.