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Primeramente, la cosecha del fruto se realiza entre los meses de febrero, marzo y abril para la obtención de la semilla de yerba mate. Consiste en elegir los frutos bien maduros, realizar la limpieza en la eliminación de la pulpa y un buen lavado para obtener semillas limpias. Posteriormente, se procede al secado de las mismas bajo sombra.
Una vez obtenidas las semillas limpias y secas, se hace la siembra en almácigos. La recomendación es 500 g de semilla por metro cuadrado. El sustrato del almácigo debe ser mullido, con buena porosidad, libre de terrones y malezas. El contenido de materia orgánica debe ser mínimo para evitar el ataque de hongos. Culminada la siembra, se debe cubrir las semillas, teniendo cuidado de no realizar una siembra muy profunda. Luego, se cubre el almácigo con acículas de pino o pasto seco, ya que de esta manera se mantiene la humedad. No debe faltar agua ni realizar riegos en exceso.
GERMINACIÓN
La germinación empieza a los 60 días, aproximadamente, y su mayor pico es a los 130 días, cuando los plantines cuentan con dos hojitas. El repique se hace en maceta o tubete y la recomendación es realizar en días nublados o frescos. Los plantines deben estar bajo cobertura de media sombra y los cuidados a tener en cuenta son: riego periódico, aplicación de fungicida e insecticida cada 15 días, además de realizar el fertirriego cada ocho días. Cuando los plantines alcanzan un tamaño de 20 a 25 cm de altura, se pueden llevar al lugar definitivo.
RUSTIFICACIÓN
Consiste en retirar la media sombra para que el plantín permanezca a pleno sol. Con esto, se disminuye el riego y la fertilización. Este periodo se extiende por 30 días, aproximadamente, hasta que la planta tenga el tallo lignificado y las hojas adquieren una consistencia como el plástico. Cuando están duras, es indicador de que están listan para la plantación al lugar definitivo. El proceso de producción de plantines de yerba mate tiene una duración de 14 meses, desde la cosecha de los frutos para la obtención de semilla hasta llegar a un plantín de 20 a 25 cm bien rustificado.
TRASLADO AL LUGAR DEFINITIVO
Para efectuar la plantación en el lugar definitivo, se recomienda realizar la descompactación del terreno usando el subsolador, principalmente, si se plantará en una parcela ya mecanizada, en la que se ha trabajado con maquinarias pesadas, ya que existe una zona de compactación. En caso de no realizar la descompactación, las raíces de la yerba tendrán mucha dificultad para desarrollarse. También, es factible pasar un solo dedo de pie de pato, lo más profundo posible, donde será la hilera de yerba. Esta labor debe ejecutarse con tres meses de anticipación como mínimo, ya que se generan bolsas de aire al realizar el descompactado. En caso de que el terreno presente desnivel, el procedimiento indicado es realizar plantaciones en curva de nivel. Para el efecto, se marcan una o más curvas, dependiendo de la pendiente del terreno y se sigue la plantación de acuerdo a esta curva hasta llegar a la siguiente marcada. Así, será posible la conservación y el mejor aprovechamiento del agua en la parcela, ya que se evitará que haya erosión. El agua debe mantenerse dentro de la parcela, porque su pérdida generaría que los elementos nutritivos queden fuera. Es fundamental que los productores utilicen plantas bien rustificadas para llevar al campo a plantar. En el momento de la plantación será útil realizar el pozo de 20 a 30 cm de profundidad y 20 cm de diámetro, colocar 30 g de fertilizante en el fondo del pozo, ser 15-15-15 y cubrirlo con 5 cm de tierra, para que la planta no tenga contacto directo, y enterrar la maceta hasta no más de 2 cm.
APROVECHAMIENTO DE LA PLANTA
A los tres años de plantación ya se pueden realizar despuntes de algunas plantas para evitar que las mismas sean muy altas. Los despuntes se efectúan en plantas que exceden los 1,5 m de altura. En individuos con menor tamaño no se recomienda realizar esta práctica, ya que aún no tienen ramas maduras. Los productores deben cosechar ramas maduras, de tal modo que la planta mantenga su vigor y sanidad. Esto, además, mejorará su rendimiento a futuro. El sistema de cosecha tradicional consiste en ejecutar la limpieza de los nudos, ramas quemadas al sol o afectadas por heladas. Cabe destacar que es prioritaria la reposición de los nutrientes extraídos del suelo para no disminuirlos o empobrecerlos. Los protocolos hablan de mezclas de fertilizantes químicos NPK, con adición de un 25 % más para el aumento de la producción.
RENDIMIENTOS
En la actualidad, las plantaciones son de alta densidad, es decir, 4000 plantas/ha. El productor puede hacer plantaciones de 2800 plantas o más. En cuanto a los rendimientos por cosecha, el promedio, según la última zafra, fue de 7000 kg/ha. Años anteriores los establecimientos estuvieron por debajo de esta cifra. Sin embargo, las nuevas tecnologías de cosecha, además del manejo de suelo, fertilización y otras prácticas que los productores están adaptando, permiten incrementos en la producción. Los productores tecnificados producen más de 18.000 kg/ha.
PLAGAS Y ENFERMEDADES
Lo que corresponde a plagas, el taladro o kirito es una de las más preocupantes, ya que es de difícil control. Solamente se pueden controlar a los adultos, recolectándolos o aplicando un insecticida de contacto. El rulo aparece principalmente en las parcelas en las que se realiza la cosecha tradicional, pero los daños son leves, ya que la brotación con este tipo de cosecha es más eficiente y fuerte.
En algunas épocas se presentan ataques de marandova. Si los ataques son severos, la recomendación es utilizar productos fisiológicos o de contacto para su control. En los últimos años se vieron ataques de ácaros, los cuales pueden ser tratados con acaricidas. Cabe recalcar que la planta de yerba mate tiene muchos insectos benéficos, por lo cual el control de plagas debe hacerse solo en caso de ataques extremos para no eliminar los insectos benéficos.
MANEJO DE SUELO
Lo más importante es realizar un buen manejo de suelo, dejar de utilizar la rastra y manejar el yerbal con corpidas, siembra de cobertura de invierno con avena y nabo, entre otras, para la adición de materia orgánica. Debido a que las plantas de yerba originalmente provienen de los bosques, donde los contenidos de materia orgánica y la fertilidad son altos, es necesario simular y generar un suelo con las mismas características para su mejor producción. Con la siembra de cobertura verde es posible economizar en limpieza, puesto que evita y retrasa la emergencia de malezas. Hay que recordar que la cosecha debe ser considerada una poda y adoptar el sistema de cosecha de ramas maduras, lo cual ayudará a aumentar la producción y la sanidad de la plantación.
COSECHA DE RAMAS MADURAS
Consiste en el corte de toda aquella rama que posea un diámetro mayor a una pulgada. Este corte se realiza con un aumento o alargue de 15 a 18 cm. El proceso de cosecha con este sistema consiste en un viruteo leve del centro de la planta, extrayendo el exceso de viruta –que son ramas finas y verdes que brotan sobre el tronco principal– y siguiendo con el corte de las ramas maduras, las cuales deben espaciarse de 25 a 40 cm de una a otra rama. Aquella rama que aún no está madura se despunta a una altura de 1 m; seguidamente, se eliminan de base aquellas ramas entrecruzadas y verdes que están en exceso. Solamente se dejan ramas verdes en posición vertical, bien ubicas y separadas entre sí, buscando siempre la apertura de la planta y eliminado nudos, ya que no buscamos altura de la planta, sino desarrollo de ramas laterales para facilitar el trabajo de cosecha. Es de suma importancia que el operador tenga las herramientas necesarias para realizar un buen trabajo de cosecha, como ser tijera y serrucho de poda.
(*) Responsables del área de Asistencia Técnica, Cooperativa Colonias Unidas