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En la cabaña María Griselda, ubicada en Costa Rosado, departamento de Caaguazú, una familia rural se dedica a la producción de leche de cabra, que es comercializada en su propia finca y a comercios determinados. Con 22 ejemplares para ordeño es posible producir unos 60 l/día.
La particularidad de las cabras, al igual que otras especies animales, es su inteligencia y orden. Sus hábitos están bien establecidos, saben exactamente la hora de ordeño y reconocen su lugar al momento de la labor.
TRABAJO
Habitualmente, la jornada laboral se inicia a las 4:30 en el establecimiento caprino, con la primera colecta. Es fundamental mantener la limpieza e higiene del lugar de ordeño. El proceso es simple: traer al animal de su corral, subirlo a la meza de ordeño, lavar las ubres con agua tibia y, luego, secarlos bien con una toalla seca. Acto seguido, con ordeñadoras mecánicas se extrae la leche. Una vez culminada la tarea, se procede al sellado de los pezones para evitar el ingreso de bacterias causantes de enfermedades, como la mastitis.
Todo el material ordeñado deberá colarse para evitar posibles residuos y, luego, refrigerar.
ALIMENTACIÓN DE LAS CABRAS
Antes del primer ordeño, las cabras no reciben ningún tipo de alimentación, pero durante reciben 400 a 500 g de balanceado. Luego, en sus corrales consumen forraje verde y nuevamente concentrado. La periodicidad es cuatro veces forraje y dos veces concentrado durante el día. El plan nutricional es similar en cabras lecheras, reproductoras y caprinos en crecimiento.
Durante 10 meses en el año es posible ordeñar a casi todas las hembras.
(*) Productor caprino de Caaguazú.