Producción de arroz en armonía con el medio - Ing. Agr. Héctor Ramírez (*)

El ingenio arrocero asentado en el Chaco paraguayo representa una excelente oportunidad para el desarrollo productivo de la zona, no obstante, el uso racional de los recursos es lo que garantizará la sustentabilidad del emprendimiento desde el punto de vista ambiental como económico.

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“El uso racional de los recursos determina la rentabilidad y sustentabilidad, porque lo que sustenta nuestra productividad es la parte económica. Por su parte, el uso racional minimiza todos los impactos que puedan causarse al ambiente y eso es un aspecto que cuidamos tremendamente”.

Hoy en día, la actividad agrícola destinada a la obtención de arroz, para su posterior procesamiento, demuestra que, manejada correctamente con todos los insumos utilizados, no perjudica de ninguna manera al componente ambiental. Al contrario, crea ecosistemas propicios para aves acuáticas permanentes o transitorias.

EXPERIENCIA

Este es el segundo año de experiencia con el arroz. Los profesionales siguen en el periodo de observación de la potencialidad y el comportamiento de las variedades utilizadas en la región occidental, debido a que el productor se alejó cientos de kilómetros de la zona habitual de producción del cereal. “Nuestra primera experiencia en 800 ha fue muy buena, con promedio de rendimiento de 8700 kg. Nuestro plan era llegar a las 2.000 ha, pero no pudimos por las cuestiones climáticas adversas. Las lluvias fueron muy severas y, prácticamente, en el 50 % de la superficie tuvimos que hacer la siembra al voleo en barro porque no daban las condiciones para hacer preparación de suelo”.

Con respecto a las semillas utilizadas, el sector arrocero trabaja fuertemente para conseguir variedades que resistan a determinadas enfermedades y otorguen mayores rendimientos. “Yo creo que para la próxima zafra podremos cultivar nuevas variedades de arroz tanto para esta región como para el sur del país. Tenemos varias líneas”.

Un problema por el que atravesaron los agricultores este año, con el uso de las variedades IRGA 424 y 424 RI, fue el ataque de pyricularia, la enfermedad más agresiva que ataca al cultivo de arroz y ante la que existen pocos defensivos que pueden paliarla. Por esta razón, la premisa es avanzar con la implementación y certificación de nuevos materiales.

Desde el punto de vista de la aplicación de productos químicos, este es un aspecto que el arrocero cuida estrictamente debido a que el producto obtenido es para la exportación. “Estamos haciendo todos los trabajos necesarios para evaluar residuos”.

CONDICIONES DEL CHACO

La región occidental del Paraguay posee un suelo más equilibrado. De acuerdo a los análisis de suelo, los niveles de nutrientes son muy similares a la zona sur del país; es decir que no hay mucha diferencia como para reducir la cantidad de fertilizantes a utilizar desde el punto de vista de macronutrientes. “Lo que se tiene en cuenta es la ley del mínimo, o sea que aquel elemento que esté en mínima cantidad es la que determinará el rendimiento”.

Lo seguro es que el Chaco tiene un alto potencial, sin embargo, como mencionamos anteriormente, habrá que trabajar fuertemente en las variedades a utilizar, a fin de alcanzar altos potenciales en los trópicos, donde la incidencia de enfermedades es mayor.

ÉPOCA DE SIEMBRA

Las condiciones climáticas determinan la época de siembra. “Todos temíamos sembrar en agosto porque evidentemente todavía es época fría, la suma térmica es baja y no llega para el buen desarrollo de la planta. La luminosidad sigue siendo baja, pero hace que el ciclo del cultivo se alargue y eso repercute en la fertilización. Entonces, aumentan los niveles de fertilización y con eso se llega, inclusive, a niveles superiores de lo que obtenemos normalmente”.

El mes de octubre es la mejor época en cuanto a oferta de luz y temperatura, sin embargo, es la peor para establecer el cultivo por la cantidad de precipitaciones a nivel nacional. Para tener buenos rendimientos, lo fundamental es favorecer el establecimiento del arroz en el campo. Entonces, el productor debe prepararse para sembrar tempranamente, lo que implica cosechas a finales de diciembre e inicios de enero. En este periodo, las temperaturas son más altas y la maduración del arroz es rápida, hecho que motiva a contar con una amplia capacidad de cosecha, recepción de granos y procesamiento. Al perderse la calidad de manera más acelerada, el productor deberá estar en condiciones de infraestructura y logística para tratar la materia prima, debido a que mantener el nivel de calidad es lo que determina el precio del producto.

(*) Directivo de Arrozal.

 

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