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En el desarrollo de la producción animal, el profesional veterinario tiene una responsabilidad en el cuidado de la salud de los animales, en la implementación de los estudios genéticos, teniendo en cuenta que la alimentación y genética están en plena transformación. Es por eso que incorporamos nuevos términos a la íntima relación entre ellas: la nutrigenómica y nutrigenética. Podemos resumir al decir que ambos conceptos se relacionan en la nutrición molecular, en la que se habla de la acción de los nutrientes sobre genes (nutrigenómica) y la influencia de las variaciones genética sobre la nutrición (nutrigenética). Es por ello que la incorporación del animal a mayores factores productivos conlleva una mayor atención a la alimentación, ya que esta debe satisfacer los nuevos requerimientos nutricionales que tienen los animales.
Muchas veces, cuando se incrementan algunos factores puntuales de producción no se tienen en cuenta las respuestas de los otros órganos que se ven afectados por el incremento productivo, como ocurre en los pollos parrilleros, que se busca muslo y pechuga, pero no se compensa el sistema circulatorio ni el respiratorio. Es por ello que aparecen algunos problemas clínicos que debe enfrentar el profesional veterinario.
Se debe tener en cuenta que lo que comen los animales no va a cambiar sus genes, pero sí los factores que los regulan. Es aquí cuando el productor debe prestar mucha atención en la calidad de los alimentos y sus componentes. Tener especial cuidado en la calidad de las proteínas, ya que los aminoácidos juegan un papel preponderante en la relación genética-nutrición.
Por otro lado, el veterinario tiene una responsabilidad especial en el cuidado de la salud de las especies animales productivas y de los otros que complementan la fauna; en los primeros, en la vigilancia de la tecnología que se desarrolla para la producción de los alimentos; en los segundos, el de promover y preservar la salud pública.
Todo este trabajo se desarrolla dentro de las normas establecidas internacionalmente denominadas bienestar animal.
Con esta nueva temática, en el currículum de las Facultades de Ciencias Veterinarias se incorpora en los programas de estudios materias y laboratorios para satisfacer la demanda nacional, por un lado en la salud animal y, por otro, en la producción animal.
Las ciencias veterinarias evolucionan vertiginosamente y acompañan la producción animal, de tal forma que garanticen un producto de primera calidad y permitan satisfacer las necesidades de proteína animal de la comunidad.
En las últimas exposiciones hemos apreciado el mejoramiento del ganado que tiene hoy el Paraguay, esto es debido al esfuerzo de técnicos y productores, quienes hicieron posible la transformación del ganado criollo en la expresión genética con la que hoy cuenta nuestro país, la que merece el reconocimiento no solamente de nuestro mercado, sino también de los países que compran carne paraguaya.
Las vacunaciones, tratamientos, diagnósticos y certificaciones, que son necesarios para el movimiento del ganado, deben ser realizados exclusivamente por profesionales veterinarios. Esto fue uno de los puntos que señalaron los técnicos especializados, quienes inspeccionaron nuestro país, para certificar la salud animal y la disponibilidad de la comercialización de la carne en los diferentes países.
Además de la producción animal, las ciencias veterinarias han evolucionado vertiginosamente en todo el mundo, con los nuevos sistemas de vida de los diferentes países, donde la mascota pasa a ser muy importante en el ambiente familiar, lo que ha permitido el desarrollo de nuevas clínicas veterinarias, con un alto contenido técnico, de tal forma que se pueda satisfacer todas las necesidades sanitarias de un animal en cualquier momento que lo necesite. Las nuevas técnicas de tratamientos con animales, la zoosiquiatría y todo aquello que integra a los animales a la vida humana ha traído como consecuencia una práctica especializada de los profesionales veterinarios.
Las enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que de los animales se pueden transmitir secundariamente al hombre deben tener una participación directa de los responsables de la salud pública y, entre ellos, el profesional veterinario. La nueva visión que se tiene de la medicina veterinaria en el mundo fortalece el enfoque que se debe dar a esta profesión desde la universidad.
Las nuevas normas internacionales que rigen para la salud humana y animal determinan que todos los programas de las facultades de ciencias veterinarias deben tener un objetivo común: preservar la salud animal, fortalecer la alimentación humana y conservar el ambiente.
La educación es la base del desarrollo de las comunidades “p.m.g”.